El Ajo, una tapa local con miles de adeptos

Los alrededores del Ayuntamiento se convirtieron ayer en un hervidero de gente. Al tradicional mercadillo que se celebra todos los domingos por las calles más céntricas de la villa paramesa, se unió ayer la celebración de la tercera edición de Exaltación de la Tapa de Ajo. Se trata de un plato típico de la localidad que cuenta con miles de adeptos, como lo demuestra las más de 2.000 raciones repartidas ayer en poco más de dos horas. En los soportales de la casa consistorial, para evitar sobresaltos en caso de que la amenazante lluvia hiciera acto de presencia, se colocó este año la mesa tras la cual todos establecimientos hosteleros participantes iban ofreciendo este exclusivo manjar. La respuesta del público no pudo ser mejor. Eso sí, había comentarios de todo tipo. «Esta pica mucho», decía uno. «Pues aquella está demasiado espesa», comentaba otro. Y es que aunque la receta es básicamente la misma, cada maestrillo tiene su librillo. Y así cada bar la elabora con sus peculiaridades que le otorgan una riqueza aún mayor, si cabe. Humildad y paciencia La Tapa de Ajo es tan particular de Santa María del Páramo que apenas se conoce en los pueblos limítrofes. Su elaboración es sencilla, con ingredientes humildes, pero requiere grandes dosis de paciencia. Primero se hace un caldo a base de carne de vaca, huesos y gallina. Se vierte sobre buen pan de gozada. Se le añade pimentón, aceite de oliva y, por supuesto, ajo. Se remueve hasta que se deshaga el pan y ya está listo para comer. Su textura debe ser espesa y consistente. Se desconoce su origen pero se sabe que los arrieros la llevaban en su fardel para mitigar el hambre y el frío. Hoy se sirve como aperitivo en los bares de la villa paramesa durante todo el invierno.