Diario de León

El tramo afectado se corresponde con la primera fase de la integración del río en el pueblo

La vegetación invade el Jamuz dos años después de su adecuación

El Ayuntamiento tramita construir un azud que retenga el agua «como lo hacía el puente viejo»

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A. Domingo - la bañeza
León

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Una pequeña jungla, en la que el agua se ha emboscado a la espera del paso del enemigo. Eso parece ahora el cauce del río Jamuz entre los puentes de la zona deportiva y la carretera de Camarzana de Tera (LE-110), es decir, el tramo en el que se actuó hace dos años, dentro de la primera fase de adecuación del río y construcción de un paseo con fines turísticos. El alcalde de Santa Elena, Jorge Fernández, calificaba la situación de «preocupante» y aseguró que su equipo de gobierno busca «soluciones, junto con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD)». El caso es que el Jamuz no sólo presenta la vegetación habitual de cauce: el río ya no se ve e incluso se puede ver que, a escasos metros del puente de la LE-110, crece un árbol. «La limpieza no es solución» «Las gestiones para cambiar la situación están avanzadas e incluso la CHD ya nos ha concedido la posibilidad de meter una máquina con la que limpiar el cauce. Sin embargo, esto es pan para hoy y hambre para mañana, porque arañando el fondo del río y sacando todas la plantas lo único que vamos a conseguir es que, en unos meses, nos encontremos en la misma situación», explicó el regidor jiminiego. Fernández indica que el origen del problema no está en la actuación que se acometió en el río, con la que se buscaba no sólo su adecentamiento coma paseo para vecinos y visitantes, sino, también, evitar los efectos de las avenidas. «Es preciso devolver al Jamuz la retención de agua», función que, hasta el verano del 2003, cuando fue demolido, «ejercían los cimientos del viejo puente», afirmó el alcalde. Perdidos los pilares del paso para salvar el río, el Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz, solicita ahora a la CHD la licencia para construir un azud, «unas presillas con las que retener el agua», explicó Fernández, para, de esta manera, «mantener una lámina de agua que permita el crecimiento de plantas de agua, pero no de árboles, en medio del cauce», señaló el regidor. Según Fernández, la medida está avalada «por el informe de un biólogo». El Jamuz, afluente del río Órbigo, vio ensanchado su lecho en el primer tramo de su adecuación, que conllevó, además, la instalación de escolleras que protegieran sus márgenes. En los últimos días, las obras en la zona han comenzado una nueva fase, con la instalación de alumbrado en el paseo que ya se ha ejecutado y que alcanza desde el primer puente aguas arriba, hasta el paraje de la Huertona.

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