Diario de León

Napoleón durmió en la ciudad antes de partir a Francia para enfrentar otras empresas bélicas

Las tropas españolas negocian su rendición ante el ejército francés

La organización calcula que cinco mil personas contemplaron la toma de la localidad

La batalla que enfrentó a los franceses y los aliados se trasladó de las fincas del Postigo a la ciu

La batalla que enfrentó a los franceses y los aliados se trasladó de las fincas del Postigo a la ciu

Publicado por
Maite Almanza
León

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astorga

Defendieron el territorio con fuerza, pero no pudo ser. El Marqués de La Romana, comandante en jefe de las tropas españolas, se vio obligado, ante la superioridad del ejército francés, a negociar con el mariscal Soult la capitulación que evitó que los aliados fueran hechos prisioneros tras la toma de la ciudad. Los españoles, portugueses y británicos entregaron Astorga a los hombres de Napoleón, después de una batalla que dejó un reguero de muertos y heridos de metralla sobre las fincas del Postigo, que los camilleros se apresuraban a retirar.

Fue feroz el enfrentamiento de los españoles y sus aliados contra el ejército más poderoso del mundo, en el marco de las jornadas napoleónicas, que ayer reunieron a cinco mil espectadores, según fuentes de la organización. Los soldados apenas se divisaban unos a otros entre el humo que emanaba de los disparos que vomitaban los cañones y la fusilería. Los obuses volaban sobre las cabezas de los hombres enfebrecidos y desorientados por el ruido, a los que les costaba respirar por la pólvora que se alojaba en sus gargantas, mientras los tambores no dejaban de sonar para enaltecer los ánimos de los combatientes. La violencia llegó a tal punto que un grupo de soldados aliados entró en pánico e inició la retirada hacia la retaguardia, pero sus superiores, a culatazos, les obligaron a avanzar de nuevo hacia el enemigo.

Palmo a palmo

Teniendo en cuenta que parte de las tropas británicas del general Moore ya había iniciado su retirada a Galicia por Foncebadón, y que el ejército francés dio sobradas muestras de superioridad, el Marqués de La Romana ordenó a sus hombres retroceder hasta la ciudad para reiniciar el combate. Unos y otros pelearon de nuevo con dureza, mientras los cañonazos hacían retumbar los edificios de Astorga, y los franceses iban ganando terreno palmo a palmo. Finalmente, los españoles no tuvieron fuerza suficiente para defender las casas consistoriales, que fueron literalmente engullidas por el humo de los cañones y la mosquetería, y capitularon con la obligación de abandonar la ciudad.

Así, horas después Napoleón Bonaparte entró en Astorga, ya ocupada por sus hombres. Las autoridades locales inauguraron en la bajada del Postigo una placa conmemorativa de su presencia, antes de que el emperador recorriera con su caballería el centro de la ciudad. Él y su estado mayor pernoctaron en Astorga antes de partir, hoy por la mañana, de nuevo a Francia, para asumir otras empresas bélicas.

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