| Reportaje | El proceso de selección natural |
La crisis llega al mundo animal
La fauna que habita el parque de Picos de Europa no se alimentará de forma artificial, pese a las dificultades climatológicas
león
La fauna del Parque Nacional de los Picos de Europa está encontrando dificultades para alimentarse, por el duro clima reinante en este territorio montañoso, lo que generará numerosas víctimas, aunque las autoridades responsables de este paraje no recurrirán a la alimentación artificial. Rodrigo Suárez, director del Parque Nacional, ha declarado que se esperan dificultades importantes para los herbívoros, lo que afectará mucho al venado y también al corzo; caerán los ejemplares enfermos y más débiles en un proceso de selección natural, aunque las condiciones no son tan duras como en el invierno de 2004/2005. «En aquel invierno (2004-2005) ya hubo bajas importantes. Entonces se retiraron numerosos animales de Cantabria y de León, que fueron a crematorios; se retiraron animales en los ámbitos cercanos a las carreteras, pero sobre todo aquellos que quedaron en las corrientes de agua, para evitar contaminaciones». El director del parque explica que este año no se ha llegado a aquellos niveles de dificultad. «Morirán ejemplares, los más débiles, pero así se la naturaleza».
«Además, los ungulados -mamíferos que tienen pezuña- tienen una pezuña fina y se mueven mal, por lo que los predadores tienen mucha facilidad para cogerles; el lobo ve así facilitada su capacidad de ataque», ha concretado.
Aunque la mortandad en la actualidad no es tan grave como en el invierno citado, podría producirse una mortandad similar si continúan los temporales, porque el alimento queda bajo la nieve. Pero ésta es la situación normal en la naturaleza, ha recalca Suárez.
«En el 2004-2005 nos planteamos si procedíamos a alimentación artificial, y lo comentamos también con las reservas limítrofes, y acordamos no intervenir; el parque nacional debe ser un reflejo de la naturaleza», ha dicho el directivo.
«Por otro lado, hay que indicar que existe tanto en la parte leonesa como cántabra un exceso de población de ungulados, y la disminución de sus ejemplares aliviara algunos problemas, y beneficiará en particular al urogallo», dijo Suárez. Recordó que esta ave dispone de un «balance energético delicado» y que necesita las mínimas injerencias en su hábitat.
«Este año se han redefinido determinadas actividades humanas en las zonas en las que hay detectados urogallos, para que no se moleste al animal, obligándole a levantar vuelo y a gastar energías que el animal no pueda recuperar con normalidad, especialmente ahora que la alimentación es más difícil y el animal está en una situación más delicada, con unas reservas calóricas escasas», ha concluido.