Año nuevo, libro nuevo

. Con estos dos versos comienza el poema

de Ana Cristina Pastrana González, en su poemario

, un tesoro que esconde bellas ilustraciones de amigos de la autora. El prólogo es de otro poeta, Miguel Ángel Curiel, que explica muy bien, de una forma figurativa y poética, su contenido: un repaso de la geografía interna y sentimental de la mujer. De esa mujer que todas somos, de la que aún no ha llegado, de la que fue primer esbozo. Es un desnudo integral del corazón de todas y cada una de las Evas que han trasmitido, trasmiten y trasmitirán sus dolores, conocimientos, alegrías, angustias, desencantos, penas, abandonos, bondades-¦ y nos los han dejado prendidos en los genes de tal manera que cada mujer es repetida y a la vez única. Poema tras poema, Ana Cristina Pastrana nos va mostrando un cúmulo de sentimientos acompañados de la bondad que caracteriza a toda buena persona, que como ella, no se olvida de ningún rasgo por oculto o efímero que sea. A Cristina no se le escapa ningún viento interior que lata en el humano corazón de la mujer. Pero no por ello es un libro para la mujer, es un libro para masajear el alma del que lo lea. Un libro que además de emocionar, caldea ese gran motor, a veces cae anquilosado de rutina. Es un libro desde el cariño y el profundo respeto que esta mujer nos muestra por la mujer. Es un libro totalmente recomendable para empezar el 2009 con una buena, reconfortante, sentida y nutrida lectura que nos envolverá en la bondad y la exquisita lírica de Ana Cristina Pastrana que como indica Miguel Ángel Curiel en el prólogo: «Es, sobre todo, un libro de poesía. Un libro en el que la autora manifiesta esa imperiosa necesidad de entablar una comunicación sobrecogedora con lo que no podemos llegar a entender de manera racional».

Receta: Solidaridades a la Pastraniña.

Ingredientes: Ana Cristina Pastrana, su poemario

, La Carqueixa, asociación de enfermos afectados por la hepatitis C, destino del 5% de la venta de este libro, lectores.

Preparación: Escuchemos nuestra música preferida, abramos ese sagrado y dejémonos invadir por el intenso aroma de las palabras.

P.D: ¡Que se frene la masacre de Gaza! ¡Y todas las de África!