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LA BAÑEZA | Varios centenares de mascotas rogaron la protección de San Antón para los próximos meses

La bendición del patrón milagrero

La cofradía sorteó un cerdo de 260 kilos de peso entre los compradores de las papeletas

Publicado por
León

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Ni el frío ni el viento desanimaron ayer a los devotos de san Antón que acudieron en tropel a la explanada frente a la iglesia de El Salvador para rogar para sus mascotas la caricia milagrosa del hisopo del párroco, Arturo Cabo. Las había de todas las clases y tamaños: los habituales perros y gatos, peces, tortugas, hamsters, canarios, periquitos, pero también conejos e incluso hormigas en un elegante terrario. Algunos animales reaccionaban con temor, porque desconocían que la mano del sacerdote portaba los deseos de protección del patrón, san Antón, pero otros, ya veteranos en estas lides, olfateaban el hisopo y, si se terciaba, hasta el rostro de Arturo Cabo. El párroco, que cumplió con la tradición de bendecir en primer lugar el gocho que después rifaría la cofradía de san Antón, extendió el agua bendita incluso a los niños que portaban sus animales de compañía. La hermandad preparó trescientas bolsas de chucherías para obsequiar a los más pequeños que participaban en el acto, pero a estos hubo que sumar los jóvenes y los adultos que tampoco quisieron perderse esta arraigada tradición bañezana. «Le deseamos un buen viaje y que su carne, transformada en alimentos, sea apetitosa», señaló Cabo, en referencia al gocho de 260 kilos que permanecía impasible en su carrito, como no queriendo enterarse de nada. Después, el sacerdote preguntaba el nombre de cada mascota y de su portador, antes de derramar sobre el animal el agua protectora. Discurso en verso Previamente, la pregonera de la fiesta, Carmela Rodríguez, había levantado, al final de la misa, el telón de la celebración, con un discurso en verso, como manda la tradición. Centró sus palabras en el gorrino como protagonista indiscutible de la fiesta. «Criarlo no cuesta mucho, dicen que de todo come, peladuras de patatas y sobras de comedores», indicó la pregonera. Ésta, a continuación, repasó las numerosas formas de aprovechar la carne o las vísceras de este animal para elaborar sabrosos manjares. «Las heladas del invierno propias de nuestra comarca y el humo de los calentones curarán nuestra matanza», apostilló, antes de sugerir una receta para tiempos de crisis proporcionada por los hermanos de san Antón: «Contra el frío, buenos vinos, para el hambre un buen cochino, y después una ración de abundante diversión acompañada de bailes para la insigne ocasión». Tras la bendición de las mascotas, los cofrades se dirigieron, a ritmo de dulzaina y tamboril, al salón de plenos municipal para proceder a la rifa del cerdo entre todas las papeletas vendidas.

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