Y todo por ver quién manda

¿Acaso se trata de una reacción a un fin de semana, el de san Antonio Abad, de juerga continua organizada por una cofradía que sólo admite varones? ¿Serán los aires de igualdad entre hombres y mujeres o se trata de una tradición más? Historiadores y sociólogos deberán dilucidar la cuestión, pero, en cualquier caso, hay bañezanos —varones— que todos los años, por la fiesta de santa Águeda se encuentran con «Cariño, hoy te buscas la vida para comer porque yo me voy de juerga y no regresaré hasta la noche», brotando de la boquita de su pareja. Es la fiesta de la mujer bañezana, que acude al Ayuntamiento a pugnar por el bastón de mando con el regidor de turno. Aunque, a fe cierta, no se trata del único acto festivo que se rinde en memoria de esta virgen y mártir siciliana a la que un libidinoso senador romano ordenó amputar los pechos, ante la negativa de la virtuosa a que éste la poseyera, a la que se atribuye parar una erupción del volcán Etna bien merece fiestas en la pedanía de Santiago de la Valduerna, celebrada también ayer, y que las Águedas de Santa María vuelvan este domingo al Ayuntamiento en busca del bastón. Una oposición penitencial Pero ayer el turno correspondía a las socias de la Cofradía Penitencial de las Águedas, que, tras su atronadora irrupción en el consistorio —el salón de plenos tiembla con cada repique de castañuelas estilo águeda—, aprovecharon la ocasión para leer la cartilla al corregidor, José Miguel Palazuelo, a través de los versos que recitó el Águeda Mayor, Vini Moret, en un verdadero ejercicio de control del ejecutivo, del que podría haber tomado nota la oposición municipal. «Nada de nada» fue el balance de la cofrade mayor sobre las reivindicaciones que formularon las águedas en el 2008. Y eso que entre el mujerío se encontraban concejalas de su equipo de gobierno. En semejante trance, a Palazuelo no asistió ayer ni la delegada de Igualdad. Aunque no fue el regidor el único que ha levantado la ira femenina, ya que la negativa de la Junta a construir un hospital también llevó lo suyo y se exigió su apertura «entre Astorga y La Bañeza, / porque en cuestión de salud / no admitimos pobreza». Hubo amenaza a la posibilidad de que el alcalde declinara entregar el bastón: «Ni se le ocurra siquiera, / pues entre tantas mujeres / lo echamos por la escalera». Una emoción compartida Las águedas felicitaron a Piedad del Río, primera teniente de alcalde, por su reinado como tal e impusieron la banda con este reconocimiento a Celia Quintana, miembro de la cofradía. La nueva dama quiso «compartir esta emoción con todas», deseó salud a sus hermanas cofrades para continuar con la tradición por muchos años e invitó a sus compañeras a disfrutar de la celebración del día «al máximo». Al ritmo de la gaita, el tambor y las castañuelas, las águedas danzaron del Ayuntamiento a la iglesia de El Salvador, para sacar en procesión la imagen de su patrona.