CARTA TE ESCRIBO | MARTÍN MARTÍNEZ
Eso es cinismo
QUERIDO hermano: Lo que aquel griego, Antístenes, predicaba con su filosofía cínica, nada tiene que ver con el cinismo del siglo XXI, y la práctica que de tal filosofía están realizando nuestros políticos. Tergiversada queda, convirtiéndose en el refugio de la mendacidad, la mentira, la desfachatez, el engaño en definitiva. Cínicos; mas que cínicos, engañabobos y aprovechados que han resultado los actuales políticos, a los que el tal Antístenes y sus seguidores correrían a gorrazos. A garrotazo limpio, hermano, tendríamos que correrlos nosotros para que con su cinismo no se burlaran de nuestra credulidad. Y es que su capacidad de perversión, su volubilidad y su posibilidad de adaptación a las circunstancias no tiene límite. Más aún si nosotros seguimos siendo tan crédulos.
Andamos estos días, en estas tierras, a vueltas con la Vía de la Plata en su doble vertiente, turística y ferroviaria. Ya te he contado cómo el alcalde bañezano está enredando la madeja con los prebostes de la Red de Ciudades. ¿Se podría calificar de cínico a Palazuelo? Busca el cristal que más convenga y mira desde el ángulo óptico más apropiado; después piensa cómo tal alcalde entiende el aforismo orteguiano de «yo y mis circunstancias». Algún día tendremos que volver a esa posible veleidad. Donde sí hemos descubierto cinismo, a lo largo de la Vía de la Plata, es en esa ansiada apertura del ferrocarril que aquí, en Astorga, decimos del Oeste, y en el Ministerio de Fomento llaman línea de Plasencia Empalme-Astorga. Cerrada, como sabes, en 1985 por el Gobierno González; reconocido veinte años después como error por sus propios correligionarios y prometida, solemnemente, su apertura en 2004, con palabras tan rotundas que algunos nos las creímos y todo.
Cinismo puro, hermano. Después de cinco años, aquellas promesas se han quedado en la de un estudio de viabilidad económica que, por cierto, aún no se ha realizado. Y ahora, cuando se aprietan las clavijas, que no los tornillos de las traviesas, el Gobierno central pide árnica al autonómico, que ya ves tú lo que éste va a curar aunque palabras altisonantes como las de Silván no faltan. Dicen en Madrid que si desde Valladolid ponen los raíles, ellos se comprometen a esparcir el balastro y si es preciso enganchar la máquina. Cinismo puro si nos atenemos a quién corresponde tal infraestructura, quién la cerró y quién promete su reapertura, cinismo apunta quien dice que arrimará el hombro si el otro pone de su parte lo que le corresponde.
Porque no creas, querido, que los otros se salvan como en este caso ferroviario. Recuerda que ellos promovieron y construyeron un embalse en Villagatón. Poca cosa pero de gran utilidad. Ocurrió hace 14 años. Desde entonces, es un muerto al que nadie quiere dar sepultura y huele peor que lo de Dinamarca. La confederación, en su día, dijo que ella no había tomado parte en el atentado, que nones, que lo amortajara quien disparó; también trataron de endilgarle el occiso a una fantasmagórica comunidad de regantes nacida muchos años antes con el sueño del pantano, ahora formada por media docena de agricultores, el más joven bien cerca de los sesenta. Cinismo que ha llegado al punto que después de tres quinquenios, los propietarios de las fincas anegadas -”el verbo es figura retórica-” siguen sin percibir un céntimo de su valoración, si es que se ha realizado. Se habla de reformas, sellado de grietas, acondicionamiento, etc., cosa que los cepedanos no se creen hasta que no les pase lo que a santo Tomás. Y los leoneses, así de pastueños, mientras las administraciones se tiran la pelota, como si de un partido de tenis se tratara, hasta somos capaces de pensar que algún día todo será cierto. Entre tanto los muertos hieden.