| Reportaje | En busca del reconocimiento |
La raza del Curueño alza el vuelo con el gallo
Más de ocho mil personas acudieron durante el fin de semana a la Muestra del Gallo y Mosca Artificial en La Vecilla
Un grupo de visitantes observa a un artesano durante el montaje de un aparejo de pesca
corresponsal | la vecilla
La Feria de Gallos de Pluma y Mosca Artificial que se desarrollado durante este fin de semana en La Vecilla ha contado con un récord de participación, gracias a la presencia de más de ocho mil personas, venidas desde todos los puntos de la provincia leonesa fundamentalmente. Este evento, ya consolidado dentro del panorama de ferias de Castilla y León, ha servido para dar un paso adelante en la promoción del municipio de La Vecilla, no solamente por tener la exclusividad de la raza y origen del gallo de pluma, sino también por la promoción turística que adquiere el municipio de La Vecilla. No en vano, este fin de semana y coincidiendo con la celebración de la Feria, los establecimientos hosteleros han rozado el «no hay entradas dentro del relanzamiento de la gastronomía del municipio».
La pela del gallo
La alcaldesa de La Vecilla, Manuela García Robles, agradeció a la Administración autonómica el impulso que realizará para la promoción del turismo de interior en el municipio de La Vecilla, como consecuencia de la tradicional Feria del Gallo de Pluma, «además sabiendo que en palabras del delegado de la Junta, la feria se va a promocionar fuera de nuestra provincia como única en la comunidad autonómica».
Uno de los actos más significativos que se han desarrollado en la Feria de La Vecilla ha sido la pela de la pluma del gallo en directo ante la multitud, que durante la mañana de ayer se agolpaba ante los puestos de los artesanos y criadores del afamado gallo del municipio.
El artífice
El principal artífice y a su vez el presidente de la Asociación de Gallos del Curueño, Tomás Gil, mostró en directo la pela del gallo, cuyas plumas se obtienen del cuello y riñón del animal para ser apiladas en mazos de doce plumas cada uno, para la posterior venta al público.