Juntas de nuevo medio siglo después

valdesamario

La comarca leonesa de Omaña se vistió ayer de fiesta para recuperar su tradicional romería y novena de Nuestra Señora de La Garandilla-Valdesamario. Después de casi medio siglo aparcada en el olvido, este encuentro entre las vírgenes de estas dos localidades fue rescatado ayer, gracias al esfuerzo del Instituto de Estudios Omañeses. Pero había más cosas que celebrar. Por un lado, la reciente declaración de Reserva de la Biosfera otorgada por la Unesco al incomparable paisaje medioambiental de la Omaña-Luna, y por otro, la inauguración de la restauración de la torre del santuario herreriano, del siglo XVII, más conocido como «la catedral de Omaña», en la que se han invertido 76.000 euros financiados por la Diputación de León, Junta de Castilla y León y Obispado. Tanto el delegado territorial de la Junta, Eduardo Fernández, como el diputado de la zona, Cipriano Elías Martínez, apoyaron el encuentro con su presencia.

Arropada por unos cincuenta pendones, procedentes de todos los puntos de la provincia, La Garandilla, representada actualmente por la Virgen de las Angustias, ya que la talla original -del los siglos XI y XII- está custiodada en el Museo Diocesano de la Catedral de León, abandonó su santuario para ser llevada en procesión por las mujeres del pueblo hasta Valdesamario, a casi dos kilómetros. Ya a la entrada del pueblo, la Virgen de Rosario, también porteada por mujeres, salió a recibir a La Garandilla, momento en el que se produjo el tradicional saludo entre ambas, a través del canto de las mozas de ambos pueblos que, como manda la tradición, rivalizan con sus canciones y con la vistosidad de sus ramos. Una vez juntas, las dos imágenes continuaron su peregrinaje hasta la iglesia de Valdesamario, donde se celebró el reencuentro con una misa, y donde La Garandilla permanecerá nueve días.