El Alfar-Museo aumenta a partir de este año el número de hornadas

la bañeza

El Alfar-Museo de Jiménez de Jamuz pisa el acelerador y la chimenea de su horno árabe expulsará el humo de cocción de cacharros al menos dos veces al año. Es el reinicio del museo vivo, después de la pérdida de su maestro alfarero, Martín Cordero, sustituido ahora por el último de sus alumnos, Jaime Argüello.

El aumento de hornadas supone recuperar las que se hacían en otro tiempo. «Llevábamos tres o cuatro años haciendo una al año, pero ya con Martín Cordero se hacían dos o tres», explicó Jorge Fernández sobre la nueva etapa que vive el alfar, después de que Jaime Argüello sacara la plaza de artesano en concurso oposición.

En cualquier caso, el aumento de hornadas no supondrá un problema para dar salida a las piezas: «Existe un convenio con los alfareros, por el que cogen piezas del Alfar-Museo y, en buena medida, entre trofeos y regalos institucionales lo producido se destina casi todo al autoconsumo», indicó el regidor.

Más barro y más urces para un horno tradicional, en el que el calor no se distribuye de manera uniforme, produciendo ese cambio de tonalidad en las piezas no sólo su factura artesanal, sino, también su cocción.

Con Argüello al frente, el Alfar-Museo «inicia una nueva etapa», señala Fernández. «Está claro que a estas alturas este año no vamos a sacar tres hornadas, pero sí dos, y lo cierto les que Jaime Argüello está muy ilusionado con el proyecto», añadió el alcalde de Santa Elena.

Nada mejor para iniciar una nueva etapa que un pequeño lavado de cara. Así, el Ayuntamiento y el Instituto Leonés de Cultura (ILC) han realizado obras de mejora en las instalaciones, con el empedrado de la rampa que conduce a la boca del horno y el de zonas de paso para los turistas, así como aquellas en las que gotean los aleros del tejado. En el exterior falta aún por pavimentar un pequeño espacio.

La actuación también contempla adquirir nuevas vitrinas para exponer las piezas y un tratamiento de imprimación para la conservación de la madera de la casona rústica que alberga el museo vivo.

Aumentar las visitas

Con el fin de facilitar las visitas, el Ayuntamiento de Santa Elena también cambiará el horario de apertura, en especial el vespertino. «En verano, quizá sea mejor abrir de seis a ocho de la tarde en vez de hacerlo de cinco a siete, como hasta ahora», indicó Fernández. Del mismo modo, se dedicarán «periodos del año determinados a piezas concretas» como aliciente para las visitas. Con el mismo objetivo «se divulgarán los días en los que se realicen las hornadas» y se solicitará «una subvención para la compra de una pantalla en la que proyectar el material audiovisual que tenemos del Alfar-Museo, de manera que se incluya su visionado en las visitas de grupo. Así, mientras unos están en el taller de baño o en el de modelado, otros pueden ver los reportajes».

El Alfar-Museo no dispondrá de plaza de aprendiz, al menos de momento, como había sucedido hasta ahora.