| Reportaje | El castillo de Villanueva |
La torre del homenaje, una restauración de altura
La restauración del castillo comenzó en el 2004
la bañeza
Los obreros volverán al castillo de los Quiñones, en Villanueva de Jamuz, esta semana. La segunda fase del arreglo de la fortaleza, estaba prevista para después del invierno y sujeta al tiempo, pero la especial dureza de la estación ha provocado que no sea hasta bien entrada la primavera cuando se retome la recuperación.
La prioridad, explicó el propietario del monumento, Jorge Sáinz de Vicuña, consiste en sustituir la cubierta de la torre del homenaje, provisional, por la definitiva y, «con un poco de suerte», coronarla con sus almenas. Finalizados estos trabajos podría continuarse con el definitivo acondicionamiento del torreón (del siglo XV), pero Sáinz de Vicuña deja en condicional la instalación de ventanas, accesos, escaleras interiores... Quizá porque «cumplir los plazos en un castillo es complicado. En ocasiones hay que colocar piedra a piedra».
Las complicaciones
A pesar de la época del año, trabajar en el punto más alto de la fortaleza no será tarea fácil. Subir los materiales complicará las tareas. Según el dueño del alcázar, el aire es fuerte y, durante el ascenso, se debe evitar que éstos golpeen contra los muros.
Tras consolidar las ruinas en la primera fase, que se inició en la primavera del 2004, las mejoras en el perímetro de la fortaleza tendrán que esperar. Los cambios se verán antes en la torre que en el perímetro.
El regreso al trabajo en el interior de la fortaleza sigue a la intervención arqueológica que tuvo que acometer el Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz para acometer las obras de mejora del entorno del castillo. La excavación, en la que se buscaba un cerramiento perimetral previo al actual, dio como resultado que se haya podido determinar la existencia del foso en las fachadas norte y éste. Sobre la franja defensiva se asientan hoy las carreteras de la fábrica de explosivos y de Alija del Infantado.
Asimismo, Jorge Sáinz de Vicuña destacó la ventaja que supondrá terminar el tejado para trabajos de restauraciones futuras: «Se podrá trabajar en el interior de la torre durante todo el año, con independencia del tiempo que haga», manifestó el propietario.