La portavoz del PP imputa a Rubio la autoría de las grabaciones a ediles
Cordero denunció el miércoles a su ex compañero en el grupo municipal popular por un caso que el ex concejal ya había puesto en manos de la Justicia en abril
La trama de las grabaciones no consentidas en el Ayuntamiento de La Bañeza continúa abierta. Desde que se conoció la existencia de las grabaciones en el última sesión plenaria del año pasado, el caso de espionaje ha coleado de manera especial en el grupo municipal popular.
De hecho, las filas populares sufrieron su segunda baja de la legislatura en el grupo municipal debido a estas grabaciones, con la renuncia al cargo de concejal de Mauricio Rubio. Poco después de su dimisión, Rubio llevó el caso a la Administración de justicia y es ahora la portavoz del PP, María Ángeles Cordero, la que lleva a Rubio a los juzgados a colación de las escuchas.
El pasado miércoles, la portavoz denunciaba a su ex compañero de grupo ante el Juzgado de Instrucción número dos de La Bañeza «por el delito de revelación y grabación de secretos», según se especifica en la denuncia. La concejala aporta «fotocopias de periódicos, notas de prensa y CD que Mauricio le dejó en el buzón» a su testimonio.
María Ángeles Cordero declinó pronunciarse ayer sobre esta denuncia. Considera el asunto muy delicado y le basta con recordar que en su día indicó «que esto se iba a resolver en los tribunales y no creo que sea conveniente que trascienda a la prensa» para dar por zanjado el asunto ante la pregunta de este periódico.
Por su parte, Mauricio Rubio, aseguró no entender el motivo de esta denuncia. «Me parece una forma muy poco elegante de defenderse», manifestó ayer. Al igual que Cordero, renuncia a hablar sobre su denuncia, el ex concejal declinó dar detalles sobre la denuncia que interpuso sobre el mismo asunto el pasado 17 de abril. Rubio declinó entonces como ahora manifestar a quién apuntaba como autor de las grabaciones, después de haber dejado la política municipal por sentirse espiado en su vida pública y privada.
El caso de las grabaciones no consentidas se conoció a finales de noviembre, cuando el asunto salió a debate en el transcurso de un Pleno de la corporación. Tras la sesión, ninguno de los grupos políticos representados en el Ayuntamiento negaba la existencia de estas grabaciones, que, según se ha publicado desde entonces, afectan a funcionarios y personal del Ayuntamiento, además de a concejales. De hecho, el equipo de gobierno ordenó la búsqueda de dispositivos de grabación en las dependencias municipales, sin que ésta diera resultado.
La incógnita. El secreto que rodea a las grabaciones es el contenido de éstas, que nadie ha puesto a disposición de los medios de comunicación. Además, la incógnita no sólo planeó sobre los registros sonoros, sino, también, sobre el nombre de quién sería el sustituto de Rubio ante las renuncias a cubrir la baja de los dos siguientes en la lista del PP al Ayuntamiento.