Murmullo en Pardomino

Varios cientos de personas se dieron cita en Pardomino para celebrar la festividad de San Antonio, en su gran mayoría vecinos del desaparecido pueblo de Vegamián que quedó bajo las aguas del embalse del Porma hace ya 42 años. Vecinos, familiares y amigos partieron desde la villa de Boñar desde donde se trasladó la imagen del santo para adentrarse hasta el paraje de Pardomino, a través de un estrecho camino que cada año recorren para honrar a San Antonio. Como cada año se eligen unos padrinos de la fiesta que son condecorados. En esta ocasión esta distinción le correspondió a José María del Río, conocido como Pepe, y a Dorita Alonso. La pareja se sentó en medio de un circulo que formaba la gente junto a la imagen del Santo y el altar provisional de todos los años desde donde Florencio Fernández ofició la misa. Los restos de la ermita que se mantienen en pie siguen recordando la fortaleza de la gente de Vegamián que cada año regresa a los hermosos parajes de Pardomino en un día que además de festivo para ellos es un encuentro con muchos de sus vecinos, de sus gentes o de sus amigos. Tras la misa y la condecoración de los padrinos llegó el momento del folklore popular, de los bailes regionales que traen aires de pueblo y de recuerdo de aquellas calles y sus gentes, acompañado de la tradicional torta de San Antonio. Todo ello como aperitivo a la comida familiar y popular que tuvo lugar en los campos y tierras de Pardomino. Después llegó el momento de la siesta para algunos y para otros de disfrutar con la actuación del grupo Andadura. Los juegos infantiles no podían faltar al igual que los concursos de bolos. Todos los participantes recibieron sus premios. La tarde se iba echando encima y llegó el momento de la recogida y de la limpieza de la pradera que a lo largo de toda la mañana había recibido una amplia caravana de coches y un transitar de cientos de personas. El bullicio se va tornando en murmullo de los últimos en abandonar el lugar. Poco después el silencio regresa a los parajes de Pardomino. Pero siempre quedará el susurro de los que cada año vienen a honrar a San Antonio y a recordar a su pueblo Vegamián.