Órbigo, poeta del agua
La cazuela de Manuela MANUELA BODAS
A huecando las olas de un océano futuro/ lames la tierra que inunda mi pasado/ caminas recorriendo valles, limando soles/ adquiriendo lodos buenos que calman la sed / de aquella niña que fui y se perdió en tus algas./ Hoy escucho tu eterna canción/ de cristal y días, acurrucada en los recuerdos. / Llegará julio otra vez, apretando las horas/ y, desde tu obediente orilla de grava húmeda/ surgirán otra vez los versos/ provocando vientos de emoción/ calentando las olas, que te llevan a la mar/ venciendo miedos. Cerrando la canción de otro año,/ de otro nuevo verano, que se abre a tu emoción.
El verano nos muestra la parte más lúdica de nuestro ser, nos despojamos del letargo de las horas oscuras del invierno y abrimos el alma a la naturaleza. Tomamos contacto con nuestro entorno para empaparnos de él. En julio en Veguellina podremos empaparnos de sentidos versos, de la palabra libre de los folios sin tiempo, del destino de las sílabas, que como gotas de agua, caminan hacia el océano del corazón de un poema. En julio la magia de la poesía se llama Veguellina.
Receta: Larvas polisílabas en agüita orbigoveguellinense
Ingredientes: Tomás-Néstor Martínez, director y coordinador de Poesía a Orillas del Órbigo / Helena García Fraile, bibliotecaria de Veguellina/ Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y Concejalía de la Cultura/ Encuadernaciones Órbigo/ Dirección General del Libro.
Cazuela les recomienda que no se pierdan ni uno de los viernes, que al lado del río más cantarín de la provincia, se convertirán en días tocados por los dioses de las letras. El primer viernes contaremos con la poetisa Cecilia Quilez. El segundo escucharemos la fuerza de los poemas de Raquel Lanseros. El tercer viernes tenemos a la cercana Marifé Santiago Bolaños. El cuarto viernes será Pilar Blanco la que se encargará de subirnos al éter de las letras. El quinto le toca a las poetisas locales: Manuela Rejas, Lucía Rubio, Pilar Álvarez y una servidora.
P.D: Escuchar poesía, abre las vías respiratorias, logrando que el oxígeno de la calma llegue a nuestro cerebro para entender la utopía.