«Para muchos este centro era el último recurso»
Los afectados no quieren que se olvide la situación dramática a la que buena parte de éstos se enfrenta a consecuencia de las irregularidades en las matrículas. «Cuando alguien recorre quinientos o seiscientos kilómetros o coge un avión por hacer los ciclos de enfermería o farmacia es porque el centro de La Bañeza era su último recurso», señaló Josefina López.
«Hay quien no puede comentar su situación en el trabajo porque su propia empresa le demandaría, mujeres con cargas familiares, viudas o separadas, que están con el agua al cuello. Pero hay una cosa clara: la gente se pone muy nerviosa cuando deja de comer o no tiene qué dar de comer a sus hijos. Si en noviembre no se hubiera encontrado una salida satisfactoria, entre 6 y 10 mujeres podrían iniciar una huelga de hambre».