El dinero peor invertido

Opinión | maite almanza

Seis meses después de la fecha prevista para la segunda edición del Sica, este proyecto parece estar a punto de morir, aunque sea de éxito. Treinta mil visitantes en cuatro días, colas inéditas para acceder al salón, amplia difusión de Astorga a nivel nacional, y la rentabilidad empresarial que la iniciativa pudo deparar, ya cayeron en el olvido. Si, como dicen los representantes camerales de Astorga, el problema sólo es la falta de concreción de las ayudas de las instituciones supramunicipales, éstas ya podían haberse puesto las pilas hace meses. Al fin y al cabo, reparten el dinero que es de todos, y ese reparto es cuanto menos cuestionable en muchas ocasiones. Si el asunto tiene que ver con la gestión previa que del proyecto han hecho, en los organismos que corresponda, esos mismos representantes camerales, esto podría explicar la tibieza con la que éstos últimos admiten sin despeinarse ni enfadarse que, repito, seis meses después de la fecha en que tenía que haberse celebrado, el Sica ni está, ni se le espera, porque aún no tiene fecha ni formato. El ciudadano de a pie puede pensar lo de siempre: entre todos la mataron y ella sola se murió. Si el salón del chocolate fenece por inanición no habrá habido inversión más inútil que los cientos de miles de euros que costó la primera edición.