Diario de León

Reportaje | maite almanza

El secreto de las ruinas

La iglesia de Requejo custodiará de forma temporal los restos de las piezas relevantes de la ermita, del siglo XVIII, hasta que ésta pueda ser restaurada y recupere su uso religioso

Imagen de la bóveda que comunica el altar y las capillas.

Imagen de la bóveda que comunica el altar y las capillas.

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La ermita de San José fue construida en 1739 gracias a la iniciativa de tres sacerdotes naturales de la localidad que fundaron una capellanía. «Dicen que están sepultados en el interior del templo», asegura el párroco de Requejo, Ángel Lucio Vallejo, pero la maleza que invade lo que queda del edificio dificulta cualquier intento de búsqueda. Los matorrales asedian el ábside de la construcción, sus dos capillas y todo lo que encuentran a su paso. Entre ellos se adivinan piezas del retablo del siglo XVIII que, según Vallejo, es el único en piedra que se conserva en la provincia. Permanece dividido en fragmentos, pero no está completo. Parte de él fue robado y, según la página web del Ayuntamiento de Villagatón-Brañuelas, la pista de esas piezas conduce a Las Palmas de Gran Canaria. Otras porciones permanecen en un cuarto anexo a la iglesia de Santa Eulalia de Requejo, utilizado como trastero, como si alguien hubiera querido frenar el saqueo. «La ermita fue utilizada como cantera, la gente se llevó piedra de los muros», afirma el párroco, para dar idea del abandono y la desidia que hirieron de muerte al edificio.

La ermita está descubierta parcialmente, pero aún conserva algunos remates del artesonado que, aunque podridos, insinúan la riqueza de éste. «La iglesia es de muy buena construcción, la obra contó con un arquitecto», apunta el párroco mientras contempla las paredes exteriores acosadas por la hiedra. En el interior, una bóveda de piedra resguarda el ábside y conduce la mirada del visitante hacia las capillas laterales enmarcadas por sendos arcos. Parte de la base del retablo continúa ocupando el altar mayor.

Recomposición. Vallejo pretende encargar a un restaurador la recomposición de las piezas del retablo que se conservan, una vez sean reunidas, y reconstruirlo en la medida de lo posible. El sacerdote planea recolocarlo después en el interior de la iglesia de Santa Eulalia, que está en proceso de recuperación, hasta que el pequeño templo dedicado a san José corra esta misma suerte. «Será una medida provisional, cuando la ermita sea acondicionada se devolverá a ella», explica el párroco. «No sería muy costoso recuperar los muros del edificio, ya que éste conserva todos los elementos importantes, como arcadas y bóvedas», añade. El Obispado de Astorga dispone de una memoria valorada de 230.000 euros para el acondicionamiento del edificio, pero ya ha solicitado la ayuda de la consejería de Fomento para abordar la intervención. Si la Junta decidiera hacerlo, un proyecto determinaría las actuaciones primordiales. «Lo más urgente es cerrar el edificio para que el deterioro no vaya a más», urge el párroco, que aboga por colocar sobre la bóveda un toldo de cara al invierno. «El año pasado nevó mucho y la cúpula estuvo con nieve un mes. Yo temía que se viniera abajo», indica Vallejo.

El sacerdote adelanta que, si la ermita logra ser restaurada, el edificio volverá a tener uso religioso, «tal vez para celebrar la fiesta del pueblo», apunta, en un intento de que la utilización continuada ayude a su preservación.

Siglo XI . «Lo que ha sucedido hasta ahora es que el pueblo se ha ido abandonando y no ha habido dinero para conservar el templo», indica el sacerdote, recordando la antigua importancia de esta población, de la que el Ayuntamiento de Villagatón dice tener constancia al menos desde el siglo XI, y que conservó la sede del consistorio hasta mediados del XIX. Los restos de algunas casas solariegas pueden ser considerados como testimonio de aquella relevancia histórica, pese a que en la actualidad apenas quedan en Requejo, durante el invierno, siete casas abiertas y algo más de una quincena de vecinos. Y así, la pequeña ermita, de poco más de cien metros cuadrados de superficie, sobrevive a duras penas pese a que parece que, hasta la fecha, no han fructificado los intentos de que resurja, como su cesión a una asociación para su conversión en centro cultural a comienzos de la última década.

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