Reportaje | m. almanza
El encanto de una calabaza
Los niños de La Cepeda festejaron Halloween por adelantado
Dice el dicho que A quien madruga Dios le ayuda. Eso debió de pensar la asociación cultural Rey Ordoño I, de Villamejil, que adelantó a ayer la celebración de la fiesta de Halloween y propuso a los niños de la comarca una curiosa actividad: una visita a una exposición de calabazas cultivadas en la zona. Las había de mayor y menor tamaño, de caprichosas formas y de aspecto más convencional, pero todas ofrecían cierto encanto.
Además, los pequeños participaron en un concurso pensado para decorar este cultivo al más puro estilo de la noche de difuntos. La iniciativa, que pretendía propiciar unas horas de convivencia con la fiesta de la calabaza como excusa, incluyó también un merienda y la lectura de cuentos. La asociación planteó la jornada, que tuvo lugar en las antiguas escuelas de Villamejil, como una propuesta de ocio para los más pequeños de la zona en una época en la que descienden las actividades.