Minimalismo y austeridad, en el llamado románico rural
El concepto de «románico rural» se ha empleado para catalogar a estas ermitas que ermergen de la montaña oriental leonesa. Su acepción se corresponde con tres criterios, el sociológico, el estético y el funcional. Por lo que se refiere al sociológico, todas coinciden en asentarse en un ambiente rural, generalmente de montaña, con un reducido número de habitantes, y sin más medios que los procedentes de una economía agropecuaria. Estos edificios nacen con una clara función litúrgica. Por lo que se refiere al criterio estético, se diferencia de otro tipo de románico, más culto e internacional, que también se da en otros puntos de la provincia de León, y que se caracteriza por sus espacios más amplios, ábsides semicirculares y cubriciones abovedadas. El románico rural, en cambio, se caracteriza por sus pequeñas proporciones, y sus materiales pobres. Mantienen la planta de una sola nave, generalmente cubierta de madera y de una cabecera cuadrada, abovedada de cañón y con muy poca decoración.
Por último, el criterio funcional se explica por las necesidades litúrgicas de los habitantes de estas zonas. Por eso, este arte obedece a un estilo tradicional y conservador, alejado de detalles y motivos artísticos.