Herencia de la impronta asturiana
La ermita de San Miguel en La Uña fue excavada en el 2006 igualmente con motivo del Plan de Voluntariado Ambiental puesto en marcha en espacios naturales de la comunidad. sus últimas referencias, según el estudio de Mari Luz González, parecen remontarse al siglo XVIII, en que se realizaron enterramientos en el cementerio anejo. Esta ermita se encontraba completamente arruinada aunque se reconocía como un promontorio en la zona de vega en la que se emplaza. Por otro lado, figuraba además recogida en el Inventario Arqueológico Provincial, aunque la intervención llevada a cabo permitió precisar la planta y las particularidades constructivas. Es sensiblemente más grande que la de San Juan -"mide 12,70 metros de largo por 4,80 metros de ancho-", y cuenta con una nave más alargada y algo más estrecha -"de unos ocho por tres metros de lado, con una superficie por tanto de 24 metros cuadrados-", pero resulta constructivamente idéntica a ésta. La cabecera tiente unas dimensiones interiores similares y presenta también un murete trasdosado al muro de cierre oriental, donde curiosamente había crecido un serbal.
Este modelo de una sola nave, generalmente cubierta de madera, y cabecera cuadrada y plana al exterior, más estrecha que la nave, cubierta por bóveda de cañón, está documentado en la zona de Boñar ya en el siglo XI. Concretamente la iglesia de Candanedo de Boñar, de finales del XI, conjuga la tradición prerrománica de impronta asturiana y marca la transición hacia el románico. En las inmediaciones se encuentran la iglesia de Las Bodas, que conserva la cabecera del siglo XI, y la de La Vega de Boñar, más tardía, del siglo XIII, correspondiente a un momento de transición. Un poco más alejada, la ermita de San Mamés, situada en el valle de Orzonaga, perteneciente al municipio de Matallana, es un edificio de una sola nave con cabecera plana a la que se accede por un vano rematado en arco de medio punto. La cabecera, del románico tardío, es la parte más antigua del edificio, del siglo XII.
En Riaño destaca la iglesia de San Martín de Valdetuéjar y la ermita de Puente Almuhey, de finales del XII y principios del XIII, que tienen cabecera cuadrada y plana al exterior.
No hay que olvidar la existencia en esta zona de la montaña de tres portadas aisladas, de finales del siglo XII. Se trata de la sencilla portada de la iglesia de Siero, la reinstalada en el cementerio de esta localidad, y la portada de la iglesia de Besande.