Diario de León

Sigue el juicio por el accidente de la Vasco. Solís: "Es falso que los trabajadores mostraran inquietud por tener que entrar a la mina"

La declaración del ingeniero facultativo del Pozo Emilio, José Eliseo Solís, se prolongó durante seis horas. RAMIRO

La declaración del ingeniero facultativo del Pozo Emilio, José Eliseo Solís, se prolongó durante seis horas. RAMIRO

León

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La vista oral por el accidente que costó la vida a seis mineros en el Pozo Emilio del Valle el 28 de octubre de 2013 celebra hoy una jornada crucial, con la declaración del director general de la Hullera Vasco Leonesa, Mario Calvo Herce. En la primera sesión de declaraciones de los acusados ayer tanto el presidente como el vicepresidente de la sociedad, Antonio del Valle Alonso y Arturo del Valle Alonso, dejaron claro que no estaban al tanto de la actividad diaria de la mina, y que las decisiones que tomaba el consejo de administración se basaban en la información que trasladaba el director general.

Según el testimonio de los consejeros (Aurelio Del Valle Jover insistió en que sólo era un empleado como jefe de personal y consejero dominical, y no tenía conocimiento de lo que ocurría en la mina), todas las disposiciones de seguridad necesarias estuvieron en vigor en todo momento y la orden era respetarlas escrupulosamente. Incluso la Directiva Interna de Seguridad que se diseñó para atender los niveles especialmente altos de grisú y la peligrosidad de la mina donde desarrollaban su trabajo los fallecidos. 

Además todos estos dispositivos se informaban anualmente a la autoridad minera a través de los planes de labores, que fueron autorizados. Los Del Valle insistieron en que ni las auditorías externas que se realizaban periódicamente ni las actas de los informes de los diferentes órganos de la estructura de seguridad de la empresa reflejaron nunca incidencia alguna. Y la compañía mantuvo, a pesar de las dificultades económicas del sector, tanto la dotación económica como material de la estructura de seguridad sin restar nada. 

Respecto al despido de dos ingenieros, que según las acusaciones avisaron de la peligrosidad de trabajar en la zona nueva de la mina, los consejeros señalaron que el consejo de administración sólo respaldó la decisión del director general, ya que habían perdido su confianza. 

15.35

 

15.15

Tras una larga declaración sobre cuestiones técnicas de la explotación y sobre las funciones de los diferentes esquemas de seguridad, así como insistir en la colocación y eficiencia de los sistemas de ventilación instalados en la planta siniestrada, y las comunicaciones y requerimientos que se hicieron por parte de las autoridades mineras, el ingeniero sigue declarando ante otro de los abogados de la acusación (desde hace hora y media). 

Finalmente hace referencia al seguro de responsabilidad civil suscrito con Mapfre a través del Colegio de Ingenieros. Una póliza que, según el abogado, le cubre en 700.000 euros. El ingeniero señala que no sabe cuánto es, que dio parte del accidente "poco tiempo después" del accidente y que era la compañía la que se encargaba de abonar y gestionar el seguro. Por eso no conoce cuándo se cambió de compañía ni a cuál de ellas compete responder. 

"No hago más preguntas porque si no me van a comer el resto de los abogados", ha concluido su intervención el letrado.

13.40

A preguntas de otra de las acusaciones José Eliseo Solís asegura que es falso que hubiera inquietud entre los trabajadores por entrar en la mina, "y de haberla habido tenían medios para trasladarlo a sus vigilantes y delegados". Sobre si los despidos de los dos ingenieros en abril anterior podían haber llevado a no manifestar esta inquietud, el ingeniero señala que "eso fue en otro grupo, en el mío nunca nadie ha tenido represalias por hacer denuncias de seguridad".

En todo caso reconoce que la explotación es peligrosa, como se reconoce en su declaración como de categoría 3 (altamente grisuosa). Solís niega sin embargo que las paradas de ventilación del día del accidente tuvieran que ver con picos de grisú, sino con averías en una cinta transportadora, "y eso no es indicador de ningún fenómeno". Aunque salen de la explotación porque, al parar la ventilación, sube el nivel de metano.

Ha explicado también por qué la invasión de metano, además de súbita, es masiva. "Cualquier fenómeno mecánico libera el metano que contiene en grandes cantidades la capa, y a la vez arrastra carbón que libera mayor cantidad del metano que contiene. Es  un proceso que la legislación europea califica de catastrófico". 

De hecho, señala el ingeniero, a día de hoy "nadie sabe por qué se desencadenó ni de dónde vino esa cantidad de metano". También niega que la intención de la empresa fuera incrementar la producción de carbón, aunque así lo recogen las previsiones del informe de Carbunión. "Nuestro problema entonces era vender lo que se producía, no había interés en producir más". E incide en que en todo caso esa circunstancia escapa a sus competencias.

13.14

A la pregunta del letrado de si, una vez ocurrido el accidente, hubiera colocado los electroventiladores en otro lugar el ingeniero señala que "independientemente de dónde estuvieran ubicados, tenían que pararse sí o sí. Lo dice la directiva europea de atmósferas explosivas. Si los electroventiladores no hubieran parado tenían varios kilómetros de galerías en atmósfera explosiva, con máquinas funcionando que podían producir chispas. Hubiera sido un desastre".

13.00

A respuestas de otra de las acusaciones José Eliseo Solís señala que ninguna de las actas de vigilantes o delegados anotaron como anormales las subidas del nivel de grisú que se registraban, porque no eran incidencias que no estuvieran contempladas en la actividad habitual. 

El ingeniero señala también que en los días en los que se prohibió sutirar tampoco podía hacerse sobre el muro. Y explica que no hay constancia de que el día 25 (tres antes del accidente) se registrara un hundimiento parcial de la bóveda que bajó el nivel de oxígeno al 14%. Por eso tampoco se comunicó a la autoridad minera. 

Desde el 27 de septiembre, cuando comenzó la preparación del taller, hasta el 28 de octubre, día del accidente, ningún actuario de minas visitó el taller siniestrado. "Ni se registraron incidencias que hubiera que comunicar". Tampoco el turno de noche anterior al de los mineros fallecidos registró como anormales los golpes de gas que se detectaron, ya que "eran un riesgo del que no está exento el plan de explotación en virgen". 

En 2013 se pusieron en explotación simultáneamente 5 ó 6 talleres en virgen, pero no se adoptaron medidas especiales por la peligrosidad del trabajo porque "las medidas ya estaban implementadas desde hacía años. Y en los años anteriores se habían puesto en marcha talleres vírgenes con idéntica fórmula". 

Solís considera que el taller siniestrado no tenía como fin incrementar especialmente la producción de carbón de la compañía, y que si en 2012 se produjo bastante menos mineral fue "porque estuvimos mucho tiempo en ERE".

12.30

Largo interrogatorio por parte de una de las acusaciones particulares sobre aspectos técnicos de la forma de explotación y características geológicas del taller, para conocer si las técnicas que se practicaron estaban ajustadas a los peligros que planteaba la mina; y si en algún momento se llevaron a cabo técnicas que estaban contraindicadas. Cuestiones que han sido ampliamente explicadas, también desde el punto de vista técnico, por el ingeniero.

Así como las subidas del nivel de metano registradas en las horas anteriores al accidente, y si se tomaron medidas al respecto. Solís señala que los vigilantes y responsables de seguridad acudieron a la zona, y tomaron las decisiones convenientes. Y que no se registró ningún evento anormal en el funcionamiento de la mina antes de la invasión de grisú. 

 

11.25

Comienza su declaración el ingeniero José Eliseo Solís Álvarez, ingeniero jefe de la Sección Interior del Pozo Emilio del Valle. Director facultativo del Grupo Tabliza. 

Explica que el inicio de la explotación de la Planta 7ª ala Este comenzó a prepararse en 2009 y todo el plan estaba incluido en los planes de labores desde entonces. Y que no tenía sentido solicitar una autorización explícita para trabajar por debajo de la cota 865 porque el proyecto ya incluía los planes hasta la 704, según se establecía en el proyecto tipo aprobado.

El ingeniero explica el sistema de ventilación de las explotaciones mineras, y en concreto del macizo 7º; y las causas por las que se produjeron paradas en los días anteriores y el mismo día del accidente. Así como el sistema de explotación que se establecía en la DIS para explotar la zona que era virgen. De forma que sólo se lleve a cabo el sutiraje para tirar la bóveda con el objetivo de tirar la bóveda detrás del taller. "Cuando se comprobaba que lo que estaba encima de nosotros no era sólido, se avanzó en el taller sin sutirar". 

Solís defiende que todas las tareas que se realizaron en la explotación se ajustaban tanto a las directivas de seguridad como al sistema previsto de explotación, que tenía en cuenta las especificidades de la mina y las condiciones que se habían previsto para trabajar en ella. 

11.22

La defensa de Mario Calvo Herce concluye su interrogatorio preguntando si alguna vez la Junta de Castilla y León impuso alguna vez expediente a la Vasco. "Nunca. Sabían además que cualquier incidente se comunicaba de manera inmediata, y que nuestra principal preocupación era siempre la seguridad de los trabajadores".

11.05

El informe de la Junta de Castilla y León sobre lo ocurrido el día del accidente refleja que "la actuación de la seguridad fue absolutamente impecable". Ese día las labores en el taller siniestrad o hubo dos paradas por corte de corriente al subir el nivel de metano, lo que detenía la ventilación y el porcentaje de gas subía más. Así que los trabajadores salieron a una zona con aire limpio. 

Tanto el vigilante de plantilla como el ingeniero técnico auxiliar inspeccionaron la zona, también el director facultativo, que decidió parar la actividad y prepararlo para el día siguiente. 

"Toda la cadena de mando estuvo encima. Toda la estructura de seguridad estuvo pendiente del taller esa mañana".

Incluso entre los trabajadores fallecidos están el vigilante y el delegado minero suplente. "Si hubieran apreciado cualquier peligro para la vida de los compañeros lo hubieran comunicado. No tengo duda. Actuaron correctísimamente"

10.50

El día del accidente el director general se encontraba en su despacho en las oficinas de Santa Lucía. Le llamó el director de Planificación diciendo que algo grave ocurría en el Pozo Emilio porque los metanómetros se estaban saturando, y que la situación era grave. Calvo Herce llamó al grupo y nadie le cogió el teléfono, lo que le "alarmó aún más".

Se dirigió al Pozo Emilio, a unos 7 kilómetros de las oficinas, y vio mucho movimiento. Ya se había avisado a la brigada de salvamento los médicos y 112. El director general informó a Minas y al presidente de la HVL, que tuvo que esperar en León la llegada del ministro de Industria, que había anunciado que acudía a la capital. 

Concluido el rescate la empresa, "la mayor interesada en saber qué había ocurrido", así que encargó varios informes al Laboratorio Oficial Madariaga, de referencia para el Ministerio de Industria en temas de minas; a varios catedráticos de las universidades de León y Oviedo,...

 

10.30

A preguntas de su abogado, el director general de la Vasco señala que las modificaciones en el sistema de seguridad se comunican cada año a la autoridad minera a través del Plan de Labores, que se presenta a comienzos de año y da cuenta de lo ocurrido en la explotación y en la organización durante el ejercicio anterior, y de las previsiones de avance sobre el Proyecto Tipo para el ejercicio que se inicia. 

El Plan de Labores de 2013 se presentó en enero de ese año y fue elaborado por Pelayo Iglesias, uno de los responsables de seguridad despedidos. Varios miembros de la autoridad minera visitaron las explotaciones durante varios días, y el plan se aprobó. Lo elaboran todos los directores facultativos y el responsable del departamento de seguridad (en el caso de 2013, Iglesias). 

También aporta el documento de seguridad y salud que está vigente ese año.

 

10.20

Sobre el despido de dos ingenieros de la estructura de seguridad el director general de la Vasco recuerda que el incidente se produjo en el Flanco Sur, una mina distinta a 5 kilómetros de la del accidente; y que lo ocurrido no tuvo nada que ver con el Pozo Emilio. Se produjo un incendio y el director facultativo (José Luis Rodríguez) exigió que se llevasen a cabo unas medidas y la colocación de medidores. Cuestiones que, según Calvo Herce, los ingenieros se negaron a realizar. 

"Se produjo una insubordinación de estos dos responsables frente al director facultativo, que es el responsable máximo y el que tiene todas las competencias". Lo que se consideró intolerable y se comunicó al director de Recursos Humanos, que estuvo de acuerdo en el despido de los dos ingenieros.

El director general recuerda que fue el propio director facultativo el que entró en la mina a colocar las medidas que había prescrito, y que el incidente se comunicó a Minas. El actuario acudió días después y "nadie de seguridad le dijo nada". 

Cuatro meses después los ingenieros llevaron a Minas una denuncia de que se había incumplido la seguridad, y en 2013 la autoridad minera concluye que es el director facultativo el responsable y que "no ha habido ningún atentado contra la seguridad de las personas. Y archiva el caso". 

Aunque el despido de uno de los ingenieros (Francisco Expósito) fue declarado nulo en el TSJCyL. "El despido estuvo fatalmente defendido por la Vasco", concluyó el director general. 

10.05

Mario Calvo Herce reconoce que durante varias jornadas en la explotación del macizo 7 se alcanzaron niveles de metano que obligaron a aplicar la DIS específica, incluso abandonar las labores. Sin embargo, insiste en que esta situación "está contemplada y es normal en minas de este tipo, de categoría 3, muy grisuosas. Lo que hay que comprobar es que cuando suceden esas subidas se han tomado las medidas previstas". 

Responde al fiscal que en ningún momento se plantaron parar la explotación o hacer alguna modificación, porque "no esta ocurriendo nada fuera de la normalidad en la explotación de una mina de esta categoría. 

A la pregunta de qué pudo fallar entonces para que se produjera el accidente, el director general señala: "Me remito a la multitud de informes presentados, del director facultativo, catedráticos de las universidades de Oviedo y de León, etc. Indican todos que fue un desprendimiento instantáneo de metano. Un hecho impredecible e imprevisible, contra el que no se podía hacer nada". 

9.39

Comienza la segunda sesión de declaraciones de los acusados. Es el turno del director general, Mario Calvo Herce.

Señala que la dirección de seguridad y la organización de la empresa en este sentido dependía directamente de él. Con el director facultativo, que era Marcos Ulecia.

Calvo Herce disiente con el fiscal sobre el hecho de que la explotación donde se produjo el accidente estaba por debajo de la cota 865 autorizada. Señala el director general que en el proyecto tipo de la obra aprobado a finales de los 90 se especifica el proyecto hasta la cota 550, que era hasta donde se habían realizado obras y pedido autorizaciones. Y que en el plan de labores de 2013 se recogían esas obras. 

El director general señala que tras el incidente de 2009 de escape de grisú en el macizo 7 la autoridad minera ordenó elaborar una disposición interna de seguridad (DIS) específica y vigilarlo durante un año. Y que así se hizo. También una DIS "de entrada en capa", aprobada en verano de 2013. No ha especificado si el derrabe de carbón que se produjo en 2010 se debía a que estaban trabajando en el macizo antes de tiempo. 

 

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