«Estuve con ellos un poco antes del accidente, les vi muy tranquilos»
El ingeniero técnico auxiliar Javier Martínez Rico declaró que «desde que entré a trabajar en la mina todo eso que ustedes llaman anomalías lo viví como el discurrir normal de la mina». Fue la última persona que pasó por la zona del accidente antes de la invasión de grisú, a las 12.30 horas. Habló con los mineros fallecidos y comentó qué tareas se encontraban realizando, desde esperar a que arrancara el panzer averiado a preparar el taller para abandonar las labores ante la situación. «No sé si el facultativo había dado la orden de abandonar la zona, en todo caso se lo habría dicho al vigilante».
Sí destacó que todos «estaban tranquilos. No les noté especialmente nerviosos, más bien lo contrario».
Martínez Rico coincide con Toribio en que el accidente se produjo por un fenómeno gasodinámico que fue totalmente impredecible e imprevisible. «Por la cantidad de metros cúbicos de gas desalojados, por la presión con la que ocurrió y porque fue un único aporte de modo continuado», explicó Toribio, que insistió en que es imposible que hubiera rotura de bóveda, como sostiene la autoridad minera; y que «no es incongruente en esa mina que se detecten esa cantidad de grisú y bóveda y se anote cada día que todo está normal».