Riesgo: «No sabían dónde estaban, todo fueron decisiones erróneas»
El perito judicial «argumenta» a mayores algunas de sus conclusiones con la protesta de las defensas
La declaración del perito que realizó a instancias del Juzgado de Instrucción 4 de León el informe sobre el accidente que el 28 de octubre de 2013 costó la vida a seis mineros en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa desató ayer las protestas formales de la defensa en el juicio penal, al presentar «puntualizaciones y argumentaciones» a su informe inicial que los letrados consideran «una nueva pericial», que no se les ha comunicado y provoca indefensión a los 16 acusados en el procedimiento.
Pedro Riesgo es doctor ingeniero de Minas y catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Oviedo, que abarca los asuntos de seguridad; y fue designado por la Escuela de Minas para realizar el informe que solicitó el Juzgado de Instrucción de León sobre el accidente. Un testimonio que las defensas pidieron se realizase como primero de los peritos, para poder defenderse de sus conclusiones, algo que rechazaron la magistrada, el fiscal y las acusaciones.
Montaña central
Picadores de la Vasco denuncian que «se trabajaba de forma que no era normal»
María Jesús Muñiz Prieto
Ayer Riesgo inició su declaración, que continuará hoy, pero antes planteó un largo alegato de matizaciones sobre las conclusiones iniciales del informe realizado en 2015, que es el que consta en el procedimiento. «Han pasado siete años desde que hicimos el informe, eso da mucho tiempo para reflexionar», justificó.
Para empezar señaló que los incidentes que desde 2009 se registraron en el macizo 7º debían haber obligado a declararlo como de categoría 4, sospechoso de desprendimiento instantáneo de metano, lo que habría forzado «la existencia de un servicio encargado de la prevención y colocación de estaciones subterráneas de socorro».
Además, insistió en sus conclusiones sobre que la ventilación del pozo era «manifiestamente mejorable e insuficiente», a pesar de que repitió que se ajustaba a la legalidad y cumplía todas las exigencias que se habían marcado. Ratificó que el accidente se produjo por un fenómeno gasodinámico que es «imposible de predecir»; aunque apuntó que «sí hubo muchas circunstancias sobre las que no se tomaron las medidas necesarias, viendo por ejemplo que había mucho metano y se veía bóveda».
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Las labores de la planta 7ª de la Vasco «sí estaban autorizadas, según el actuario»
María Jesús Muñiz Prieto
De todas formas el perito judicial hizo hincapié repetidamente ayer (sólo formuló sus argumentaciones y respondió a las preguntas del fiscal) en que los responsables de la Vasco «desconocían el lugar donde se encontraba la explotación. Por eso no pudieron hundir la bóveda. Y por eso tomaron decisiones equivocadas», a partir de un error topográfico que les llevó a pensar que estaban explotando debajo de la capa sexta, cuando el buzamiento de la capa y las características geológicas del terreno mostraron, en opinión del ingeniero, que no era así.
Y ese error impidió tomar medidas correctas, que habrían paralizado la explotación para replantear la posición del taller. También señaló Riesgo que el sutiraje no era «la forma de explotación adecuada para la capa real en la que trabajaban».
Señaló que el taller accidentado «estaba bien llevado, pero todo lo demás no funcionaba». Criticó especialmente el organigrama de seguridad de la Vasco, porque el director general no era ingeniero de Minas y despidió además a dos responsables de seguridad que se negaron a obedecer órdenes que consideraron temerarias (los despidos de abril). «Se hicieron auténticas burradas», señaló. Aunque concluyó que «ningún científico podía predecir lo que ocurrió en aquel taller».