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La Robla Green estima un impacto de 20 M€ anuales en 150 km de radio por la biomasa agrícola

La Junta promueve la declaración de proyecto regional de la iniciativa de hidrógeno verde y e-metanol en la comarca

Simulación de La Robla Green en el polígono industrial de El Crispín. DL

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M. Rabanillo  / M. Carnero
León

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Cuatro plantas —de e-metanol, de biomasa, de hidrógeno verde y de captura de CO2— y una inversión de 690 millones de euros, con un impacto anual en la zona de entre 15 y 20 millones de euros durante 25 años, es el bagaje del complejo industrial de La Robla Green, que tiene previsto instalarse en el polígono de El Crispín, cuyas obras se están ejecutando en la capital roblana. La iniciativa, paralela a la planta de hidrógeno verde que proyectan Naturgy y Endesa para los terrenos de la central térmica, que se encuentra en información pública para ser declarado «proyecto regional» por parte de la Junta de Castilla y León para generar electricidad renovable y calor mediante biomasa agrícola, y produce e-metanol mediante captura de CO2 y H2 renovable.

Los promotores, Desarrollos Renovables Abies S.L., La Robla Nueva Energía S.L. y Desarrollo Renovable Mahogany S.L., destacan que tienen unas previsiones de producción de una producción de 400 GWh anuales y 100.000 toneladas anuales de e-metanol.

Para ello, se abastecerán con 300.000 toneladas de biomasa procedente de excedentes agrícolas que repercutirá en 150 kilómetros de radio alrededor de La Robla. El proyecto estima que kejorará la rentabilidad económica de muchas explotaciones agrícolas al valorizar la biomasa agrícola de una forma mucho más eficiente. Ello supondrá «un claro incentivo para reactivar el sector agrícola tanto en zonas de regadío como de secano». De hecho, la planta de biomasa será la mayor instalación de este tipo en España, «utilizando una caldera capaz de cogenerar mediante un mix de hasta 100% biomasa agrícola (paja de maíz, de centeno, de avena, de colza, de triticale y de otros restos agrícolas)». Son restos agrícolas, infrautilizados o no utilizados en la actualidad, «lo que supone un potente impulso a la economía circular del sector agrícola de la región y un nuevo valor añadido a los agricultores de la zona».

Los promotores y el alcalde de La Robla, Santiago Dorado, ya señalaron hace unas semanas el beneficio laboral del complejo, que prevé generar una media de 400 puestos de trabajo durante la construcción, con puntas de hasta 1.200 empleados y con la creación de 100 puestos de trabajo industriales durante los 25 años de operación y 350 adicionales para la biomasa.

Una terminal de carga propia con conexión a la red ferroviaria

La Robla Green también contempla la construcción de un nuevo apeadero ferroviario que prestará servicio a la planta de biomasa y e-metanol, que contará con conexión directa con la línea L130 (Venta de Baños - Gijón), perteneciente a la Red Ferroviaria de Interés General, según figura en el anteproyecto que ya ha salido a información pública.

Esta obra no corresponde a una obra pública, sino que nace de la iniciativa privada, según consta en el informe.

La nueva vía, que tendrá un conste de 2 millones de euros, tendrá una longitud de cerca de dos kilómetros, y contempla una doble vía de ancho ibérico de 1.668 milímetros.

Esta línea, que tendrá un carácter puramente industrial, quedará dividida en dos zonas con actividades claramente diferenciadas. Por una parte la ocupada por la mitad norte que se destina a la producción de e-metanol (zona de carga), y otra, la sur, destinada al tratamiento de biomasa de origen forestal (zona de descarga).

El plazo de ejecución de las obras, según el proyecto, sería de ocho meses, y se planeta en dos fases. La primera, con un plazo de ejecución de cuatro meses, prevé la construcción de la plataforma ferroviaria, y en la segunda, se ejecutará el tendido de la vía.

Asaja denuncia la expropiación de 171 fincas, muchas de regadío

 La organización agraria Asaja ha manifestado su oposición al proyecto opone al proyecto de La Robla Green, por «conllevar una ordenación del territorio, para atender los intereses empresariales, que supone la expropiación de 171 parcelas rústicas, que en su mayoría son prados de regadío». Por eso, anuncia que presentará las alegaciones oportunas, en el plazo establecido, y los recursos a la misma cuando sea el momento de hacerlo. Afirman que no se oponen a las actuaciones en energías renovables, del tipo que sean, y en este caso, detallan, puede tener un componente de interés para los agricultores al sustentarse en el consumo de paja de maíz, lo que merece su apoyo, pero el promotor «debe buscar el entendimiento con los propietarios para adquirir los terrenos y no actuar por las bravas aplicando normas expropiatorias y ubicaciones que causen el menor daño posible al suelo agrícola». Aseguran que no van a permitir, sin antes utilizar todos sus recursos para evitarlo.

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