Unas Cantaderas 'picantes' y con billetes turísticos
El Cabildo alude a las 'obligaciones' de casada de la síndico municipal "que seguro hace libre y voluntariamente" para ganar la batalla por el foro y oferta, pero encuentra a una "leonesa tenaz"
Con perdones, circunloquios y una ensalada de historia arrancó la ceremonia de Las Cantaderas que este año enfrentó a la concejala de Educación, Turismo e Igualdad, Mercedes Escudero como síndica municipal con el representante del Cabildo, Mario González. Y fue una batalla por el foro y oferta, por la obligación o la voluntariedad, con alusiones a literatos pero también con tintes 'picantes'. Escudero citó a Salvador Allende para exclamar que "la historia es nuestra y la hacen los pueblos" y a Clara Campoamor para insistir en que "la historia se aprende ejerciéndola" y el pueblo de León acude a rendir homenaje a la Virgen de Regla "libremente" por su ayuda en la supuesta Batalla de Clavijo que permitió al rey Ramiro I vencer a los musulmanes y librarse del "terrible" tributo de entregar a los califas Cien Doncellas.
Un hábil síndico catedralicio la replicó que en su discurso "nos ha llenado un poco de datos, hechos, algunos confusos y ha metido alguna morcilla". También mostró su extrañeza "porque siendo pluriconcejala no haya dicho que ésta es una fiesta eminentemente feminista porque se celebra la liberación de las doncellas", y agradeció que la sotadera que introducía a las jóvenes leonesas en las costumbres musulmanas, "sea ahora joven y guapa y no como la de aquel tiempo, vieja, experimentada y fea".
Es más, explicó que la sotadera "les contaba ciertas milongas y les enseñaba el arte del sexo porque iban a ser esclavas sexuales".
A lo que Escudero respondió con un "no sabía yo que usted era tan mayor para hacer conocido a la sotadera", figura que se remonta varios siglos atrás. La concejala insistió en que el Pueblo leonés viene libre y voluntariamente a hacer la ofrenda y que como mujer leonesa, "batalladora, tenaz y no doy mi brazo a torcer" sobre que su presencia es obligada.
González matizó que las mujeres leonesas efectivamente "son trabajadoras, tenaces y podríamos poner muchos más adjetivos, pero no tercas porque el terco no cambia de opinión, el sabio sí".
La síndico municipal intentó demostrar el carácter libre ofreciéndole unos billetes para el tren turístico "para que pueda comprobar está hermosa ciudad con otra perspectiva" e incluso le sugirió montar en una máquina del tiempo para comprobar que la ofrenda es voluntaria, pero seguro "que la máquina estará en licitación, mesa de contratación... Y antes llega un leonés a la Luna o a Marte".
El momento álgido de Las Cantaderas se produjo cuando Mario González la expresó que "tienen un problema con el concepto de libertad, porque cuando cumplo con mi deber lo hago libremente". Y como ejemplo la indicó que "cuando cumple sus obligaciones de casada seguro que lo hace voluntaria y libremente, o ¿a lo mejor tengo que preguntarle al señor Mallo?, y como concejala de igualdad cumplirá con ello y no le tendrá todo el día de recados...".
El síndico hizo un guiño a Vicente Canuria con similar argumento, cuestionándole que cuando cumple con su obligación municipal lo hace libremente y "aquí vienen a cumplir una obligación".
Afortunadamente las campanas de las doce, las del Ángelus, interrumpieron la respuesta, que se quedó en un "nuestra voluntariedad es tan grande como está Catedral". González también echó un cable y reculó en su última intervención admitiendo que no la había convencido a pesar de haber utilizado todo tipo de "argumentos históricos y documentales de su propio archivo". Así que por generosidad del Cabildo, el Foro u Oferta quedó como es tradición en tablas.