Diario de León

El patrón de la Diócesis que hasta tiene campana

Froilán ha hecho olvidar que el patrón de la ciudad es San Marcelo, mártir de la cristiandad

La campana La Froilana, a la izquierda arriba, es la más grande de la Diócesis de León y debe su nombre a San Froilán. FERNANDO OTERO

León

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La fama, la autoridad y el calor que provoca en el corazón de los leoneses ha hecho olvidar muchas veces que el patrono de León es San Marcelo y no San Froilán, que sí ostenta el título de patrono pero de la Diócesis. En realidad, ambos han sido superados por la Virgen del Camino, que es regidora perpétua y patrona de la Región Leonesa cuya devoción se extendió a Europa y América tras inaugurarse su primera capillita en 1516, donde cayó la piedra del pastor al que se le apareció once años antes. Y si la virgen goza ahora de una basílica de 800 metros cuadrados, camarín y varios mantos, Froilán dispone de varias tallas, su figura aparece incrustrada en las puertas sur del templo que adornó Juan Antonio Subirachs y en la mismísima Catedral, donde incluso se ha puesto su nombre a una singular campana, La Froilana, que al igual que él es la más grande de la diócesis y toca a misa situada a 68 metros de altura.

De 2.241 kilos, fue fundida en bronce en 1794 y refundida un siglo y medio después. En su leyenda se lee en latín «San Froilán, ora por nosotros», y sobre gigantescos y robustos troncos de negrillo desafía a las ventoleras que soplan en la Torre Norte.

En cambio, San Marcelo, el centurión romano que vivió en la calle Ancha, donde hoy se sitúa la capilla del Cristo de la Victoria, y que fue ajusticiado en el año 298 con su esposa Santa Nonia y sus doce hijos por profesar el cristianismo, da nombre a una iglesia reconocida como uno de los edificios de culto más antiguos de la ciudad.

Se cree que Ramiro I la fundó en el año 850 sobre otra preexistente donde se intuye que Marcelo realizó su confesión pública de fe. La que le costó ser decapitado en Tánger. Sus restos fueron fervorosamente recibidos muchos siglos después, en 1493, por el rey Fernado el Católico, el pueblo llano, el Cabildo y el Ayuntamiento. En la actualidad, En la actualidad, la Corporación municipal acude hasta el atrio de la Catedral donde se reúne con el Cabildo y juntos marchan en solemne comitiva hasta la iglesia del santo, donde veneran la reliquia. En su camino pasan por la Capilla del Cristo de la Victoria, emplazada en la calle Ancha donde se estima que estuvo ubicada la casa de Marcelo. La capilla permanece abierta durante todo el día. Los restos de Froilán están repartidos entre el monasterio de Moreruela y la Catedral. El altar relicario de la Sacristía guarda su fémur derecho que cada 5 de octubre se muestra a los fieles. Y en el museo catedralicio se conserva también la primera arca encargada por el Cabildo en 1501 al gran orfebre Enrique de Arfe para trasladar los restos del santo desde el sepulcro interior de la fachada sur hasta el altar mayor, así como una pequeña escultura de Froilán.

DE DÓNDE VIENE «TOMAR LAS DE VILLADIEGO»

Una simpática leyenda sobre San Marcelo cuenta que «cuando se trajeron sus restos desde Tánger, donde había sido martirizado, en 1493, con presencia de Fernando el Católico, se organizó una solemne procesión a la que acudieron muchos enfermos; uno de ellos, tullido y natural de Villadiego, se curó rezando; entonces se levantó y se fue para su pueblo; y justo de ahí viene aquello de ‘tomar las de Villadiego’», que es marcharse.
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