Semana Santa
La capital se prepara para vivir con intensidad desde mañana los diez días más importantes de su calendario de festividades, pendiente de la meteorología; las cofradías ultiman todos los detalles
Hay ganas de Semana Santa. Se nota en el ambiente. Y si la meteorología no lo impide, que total en estas fechas por un motivo o por otro hay que andar mirando siempre al cielo, se puede vivir una experiencia de primera.
Las reservas en los hoteles dan fe de que, una vez más, desde fuera vendrán que lo de dentro disfrutarán. Cosa que más de uno de los de casa obviará, dejará pasar y se perderá. Allá cada cual. De momento, ayer en las cofradías se ultimaban ya los detalles para las primeras procesiones y en todas, surgen ya los primeros nervios. Ha sido todo un año de espera. Mañana al fin es Viernes de Dolores.
Dos meses de procesiones. Ojalá fuera verdad. Las primeras comienzan en marzo, las últimas acaban en abril. Es la hora de poner a punto las túnicas. Ha habido tiempo en los dos últimos meses pero la previsión española y el «todo para el final» no caminan por senderos demasiado divergentes. Así que estas semanas, el comercio del gremio hace el agosto en marzo.
La de hoy es la última noche «in albis». A partir de mañana, la almohada y los primeros recuerdos mecerán más de una conciencia en la hora del descanso. Que sea enhorabuena...