La Madre de todas las procesiones
La capital desafía al frío y obvia la amenaza de lluvia para rendirse a los pies de La Morenica en una procesión multitudinaria, cargada de momentos intimistas y de estampas muy plásticas
La Dolorosa concita el fervor de los leoneses para el estreno de la Semana Santa y por supuesto el d
Tiene algo de particular la procesión de La Dolorosa que va más allá de su carácter de apertura del cartel. A saber. Es la luz, que en noches como la de ayer, se esconde entre las piedras de la Plaza del Grano y carga de penumbra los sentimientos. Es el hormigueo que recorre el estómago antes de cargar el brazo y empezar la puja. Es el parpadeo trémulo de la luz de las velas, tímidas y a la vez inquietas ante la duda de que el traqueteo lo provoque realmente la mano temblorosa de la sujetante , más que el capricho eólico.
Salió La Morenica a la calle y las campanas se volvieron locas en El Mercado y en Las Carbajalas. Sonaron trompetas, bombos y tambores, hoy ya sin la cara circunspecta de los ensayos, porque esta vez tocaba ya ponerse traje de gala y el morado, en fin, se adueñó del olfato, que la calle ya tiene aromas de incienso.
Para estrenar el capillo, habrá que esperar, que la Asociación de Braceros del Mercado tiene a gala hacer excepción de la costumbre y hasta que Jesús Divino Obrero repita rito el Domingo de Resurrección, queda mucho. O ya no tanto. La primera entrega de La Pasión ya es carne de hemeroteca. Después de un año entero esperando...