El obispo, Las Palmas y los niños

Se emociona monseñor Julián López con el acto central de cada Domingo de Ramos y no lo oculta. Ayer, en el momento en el que niños y padres alzaron al cielo las palmas, no pudo ocultar el gesto de satisfacción, en una plaza de Botines abarrotada de público. «Ya desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad. Hoy, cercana ya la noche santa de Pascua, nos disponemos a inaugurar en comunión con toda la iglesia la celebración anual de los misterios de La Pasión y la Resurrección de Jesucristo, que empezaron con la entrada del Señor en Jerusalén. Recordando con fe y devoción esta entrada en la Ciudad Santa le acompañaremos en su cruz para que merezcamos tener parte un día en su Resurrección».