El laurel de la esperanza berciana
Los ponferradinos salieron en masa a la calle para celebrar el Domingo de Ramos
Si hay una procesión en la que se impliquen los vecinos de Ponferrada esa es la del Domingo de Ramos, día en el que se celebra la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, a lomos de su borrica. Día para la esperanza, bien necesaria ahora, en tiempos de crisis. Día para ser positivo, jornada de bendición.
Niños y no tan niños, vestidos con sus mejores galas, salieron en masa a la calle, portando ramos y ramitos, en su mayoría de laurel. Como reza el titular, el laurel de la esperanza que, tras ser bendecido por el párroco, pasa a ser especia imprescindible en la elaboración de los potajes que son santo y seña de esta tierra, la berciana.
El Bierzo entero se sumó a la celebración más familiar de la Pasión. Aquella en la que los niños participan como uno más, tanto por la hora como por la ausencia de cofrades vestidos del color del luto, esos seres de apariencia misteriosa y paso sereno que no convencen, para nada, a los más pequeños de cada casa.
A las doce del mediodía arrancó la procesión de la iglesia de San Pedro, a cuyas puertas se llevó a cabo la bendición de las palmas. Pero antes, desde las diez de la mañana, todos los templos ponferradinos bendijeron a sus feligreses. La más madrugadora fue la iglesia de San Ignacio. Seguidamente, la de Santiago Apóstol, la Basílica de la Encina, el Sagrado Corazón, la Asunción de Fuentesnuevas, la iglesia de San Antonio, San José Obrero, Jesús Redentor, el templo de San Juan y, por último, Santa María de Compostilla.
Pero el Domingo de Ramos no sólo es día familiar para asistir a misa. También es día de comida en familia y de deleite conjunto. Costumbre más que arraigada en la comarca es la de tomar el vermú tras salir de la iglesia. Ayer que el tiempo acompañó, las terrazas de la ciudad estaban repletas de personas que se tomaron un descanso merecido tras recorrer a pie, detras del Jesucristo triunfante, la calle Pérez Colino, la plaza de Lazúrtegui, la avenida España, la plaza Fernando Miranda, la avenida del Castillo, la plaza Luis del Olmo, y de nuevo Pérez Colino para desembocar en la iglesia del Domingo de Ramos, la de San Pedro.