Un encuentro con matices muy bercianos
La procesión de Resurrección de Ponferrada está plagada de matices que la hacen diferente a la de cualquier otro lugar. Es la patrona del Bierzo, la Virgen de la Encina, con el niño en su regazo, la que cubierta con el luto va en busca de su hijo y no una talla de una Dolorosa, como suele ser habitual. La representación de Jesús también es distinta. Al contrario que en otras zonas, donde se porta una Cruz desnuda o un Resucitado, en Ponferrada se procesiona el Santísimo Sacramento bajo palio. La talla mariana la llevan las mujeres y los miembros de Jesús Nazareno portan la representación de Jesús. Originalmente eran cuatro pimenteras las que sacaban a hombros a la Virgen, hasta que hace varias décadas fueron sustituidas por las mujeres con mantilla. Esta procesión es el origen de la popular canción «A Ponferrada me voy».