La más grande, ante la más señorial
Vistió sus mejores galas la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero, no porque cambiara los ropajes, que las túnicas volvieron a ser las de siempre, sino porque la ceremonia del Encuentro puso al descubierto el mejor patrimonio de la entidad, sus hermanos. Caras de emoción, rostros de alegría y sentimiento para cambiar el manto de la Virgen «del negro del luto al blanco nieve de la pureza». En la imagen el paso camina ante el rosetón central de la Catedral, una vez que la noticia de la Resurrección del Señor se había hecho pública y después de que decenas de palomas volaran en libertad para acudir a festejar por los cielos la buena nueva y sumarse a las celebraciones que se hicieron generales en toda la provincia en el día de ayer.