La lluvia no aguó el potaje, aunque los niños se quedaron sin procesión
Ingenio. Los hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora de Angustias y Soledad de La Bañeza recurrieron a un gran paraguas -”un plástico-” con el que cubrir el patio de la capilla, donde todos los años preparan el potaje de garbanzos con arroz, para cumplir con la tradición que en otro tiempo le obligaba a dar de comer a los pobres en las tres pascuas del año. Lo peor, la desilusión de los niños, que no pudieron sacar al pequeño Nazareno -”el Potajerín, le llaman algunos-” en procesión, a consecuencia del continuo chaparrón que ayer barrió la provincia. Sí salió la imagen a la hora de bendecir el guiso. Pasadas las dos de la tarde, las nubes dieron una tregua, que aprovecharon muchos para, cazuela en mano, hacerse con el potaje, que se repartió sin aglomeraciones de gente. | a.d.m.