Diario de León
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DE CARA A LA CRUZ MIGUEL ÁNGEL ZAMORA
León

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E n dos suspiros será Viernes de Dolores y la calle se hará teatro para celebrar la Madre de Todos los Dramas, en versión de capítulo inicial.

En menos que canta El Gallo, el Sábado de Pasión devolverá las túnicas azules y los emblemas gigantescos del Sacramentado a la calle, para desquitarse de las lágrimas que por fuera y por dentro surcaron este años las mejillas impenitentes de los hijos del Desconsuelo. Y el Vía Crucis azul pitufo de las Bienaventuranzas rasgará las calles de San Claudio para desquitarse de lo que la lluvia se llevó este año.

Será Domingo de Ramos en un periquete. Para que La Borriquita llene de luces las sombras que dejaron las nubes este año por la mañana y que regatearon lo del Gran Llover para el Cristo del Gran Poder y para el Dainos, antes de que la figura egregia de la Divina Gracia surque el entorno del Grano y su particular Redención.

Habrá un Lunes Santo más negro que La Pasión de las tres históricas, y una ocasión para la gracia de Santa Marta, la habrá. Y volverá El Perdón a León si el Gobierno lo desea, que si no en San Francisco de la Vega saben buscar soluciones. La Generala y sus hermanas marianas harán de Angustias el reinado de Burgo Nuevo.

Y ya en Miércoles La Agonía tomará su rumbo reorientado. Minerva estará gozosa de que su caminar por la calle de la Amargura sea solamente el preludio del Santo Entierro en versión años impares. La Expiración llenará el mundo de Silencio y el Desenclavo habrá encontrado ya mantenedor para la Ronda Lírico Pasional.

Eso será en vísperas del Jueves que amanece celeste en la Plaza de la Catedral llevando los hombros al cielo, con la Despedida, con las Marías en pleno apogeo, con la anchura y la altura de La Cena de Santa Marta y con las Tinieblas disfrazadas de burdeos y negro.

Al Viernes Santo se le pondrá cara de Encuentro seguramente con gradas (sería deseable además de posible), con Sermón de las Siete Palabras y con cierre de Día Grande en negro.

Habrá seguro un Sábado Santo como el de ayer y un Domingo de Resurrección como el de hoy. Eso será dentro de casi trece meses, a saber: a partir del viernes 7 de abril, que se llama de Dolores.

Pero mientras tanto, ya te echamos de menos. No has terminado hoy siquiera y ya tenemos añoranza. Ya parece que se siente el aroma del incienso, ahora que los tallas empiezan a bajar de los tronos. Vuelve pronto, Semana Santa.

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