Agua bendita y una entrada triunfal
Desde la capilla del Nazareno, pequeños y mayores encararon ayer la calle hasta la plaza Mayor. A cara descubierta, cofrades y devotos aguardaron la salida de misa para ser testigos de la bendición de los ramos en el domingo que se celebra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. La Borriquilla llegó a hombros y se rodeó del fervor bañezano. | a.v.