Cruz y guía sois

Será tarde y luz en León cuando salga el Nazareno de su capilla, de Santa Nonia, pujado por sus braceros, llevado en devoción entera por la ciudad. Será luz de tarde aún en la ciudad cuando salga el Nazareno con su candelería tintineante, a la luz de las velas en pleno día, estrellas para el Señor de León, fe de la ‘marea de los negros’ y con ella, con ellos, entera la ciudad entera de Semana Santa.

No llevará aún su túnica nueva, lisa y austera, nazarena de color y sentimiento, sin bordados, sin nada más que el corazón del hermano que la ha donado, del bracero que no va bajo su paso. Saldrá el último y será el primero, por delante de Él, las Señoras de Angustias y Minerva, que están en la calle las tres antiguas, las ‘negras’, las de la Procesión de la Pasión, que la del Pregón, antaño ya, se diluyó en palabras y disputas.

Pasión habrá en el rosario de Santa Marta y de la Sagrada Cena, letanía profunda de San Marcelo a San Marcelo, pasada la puerta de poniente, el campo extramuros en el que el centurión proclamó en voz alta su fe y fue detenido y luego juzgado, martirizado y ajusticiado. Era, dicen, julio del año 298. Era, cuentan, las fiestas por el nacimiento de Valerio emperador.

Habrá pasado ya el bullicio de los negros, por centenas, eternas filas alargando infinita procesión, que se niegan a ocupar el centro de la calle, penitencia de papones de acera más que de penitentes, que nada cambia, ay, en esta Semana Santa, cuando el silencio tome la ciudad más antigua, en Concepcionistas, y se escuche el ruego que es permiso para sacar la talla a la calle y procesionar al Cristo de las llagas. Se habrá consumado el ritual —«Cúmplase así, si es la voluntad de Dios Padre Todopoderoso»— y el Santo Sepulcro pondrá en la ciudad un cortejo sentido y profundo, sencillo y auténtico, el Cristo en parihuela y los corazones encogidos, para el que hay promesa de silencio.

Saldrán los papones, las paponas, los hermanos y hermanas, los cofrades y cofradas como está escrito en los viejos legajos, detrás de la cruz de guía, abriendo la procesión, las procesiones, señalando el camino, que es más que un símbolo. Que sois, abad, seises, cruz de esta santa semana, ¿y guía? Que más que vara es ejemplo, que más que mando es respeto. Por la costumbre y, también, por las leyes, que mandan y ordenan y a ellas estáis sujetos.

Por miles guardan la fe de sus mayores. Por miles siguen esa cruz que es guía, que abre el camino, que es enseñanza. Haya o no silencio, sea bullicio leonés o calle la calle. Cinco siglos. Que es tradición. Que es León. Que es Semana Santa. Que sea eterna.

Las procesiones del día: