Papones de manta
A l abrigo de las nuevas formas de ver la Semana Santa en León, en el año 2004 nació la Asociación ‘La Horqueta’, integrada por un grupo de entusiastas de la Pasión que acuñaron un termino delicioso para definir a quienes siguen las procesiones a pie de calle: Papones de acera .
Hace ya casi tres lustros Carlos García Rioja, Jorge Revenga y Xuasús González idearon la expresión a medio camino entre el homenaje y la constatación de que hay quien prefiere limitar su papel al de espectador, ajeno a todas las vivencias que se pierden quienes no han probado nunca a enfundarse una túnica. Vale la pena siquiera intentarlo.
La Semana Santa 2018 ha inventado nuevas tipologías. Están los Papones de manta , que al abrigo de las condiciones de la meteorología, han hecho lo posible estos diez días por sobrevivir sin morir por congelación. Han florecido los Papones de limonada , felices de la coincidencia de bares múltiples en el recorridos de las procesiones. No faltan los Papones de balcón , que cambian el puesto a pie de calle por una perspectiva caballera mucho más apropiada para cotillear de lo divino, además de lo humano. Y hasta se ha inventado el Fútbol de papones , la nueva nomenclatura de los cortejos procesionales adaptada a la versión más deportiva de la acepción.
Con unas denominaciones o con otras, lo que no cambia es el final del cuento. La Semana Santa acaba esta mañana y el Señor resucita a la vera de la Catedral con El Encuentro que organiza la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero. Cubiertos los miembros de la penitencial del barrio del Ejido, la de esta mañana es la vez postrera en la que las caras se descubren una vez que el sermón se haya pronunciado y que la Virgen de la Soledad trueque su manto de negro a blanco en señal de júbilo.
Da la sensación algunos años (será percepción subjetiva) que incluso la cara otrora llorosa de la Madre de Dios se vuelve alegre cuando el hermano que goza del privilegio de ocuparse del ceremonial rito lleva a cabo su función. Todo estará consumado desde primeras horas de la mañana y el resto de la procesión es júbilo y celebración.
A partir de esta tarde está permitido iniciar la cuenta atrás. Vale empezar a añorar una celebración que este año deja sabor de boca medio porque la tarde del Amor Fraterno se convirtió en la del ‘llover eterno’ y porque el Viernes Santo lo fue más de dolores también en la parte vespertina, que el agua hizo añicos las ilusiones y para estas cuestiones no es verdad que mal de muchos consuele a nadie. En menos que canta El Gallo volverá la Semana Santa. Seguro.