Cambio de manto, de corona y de capillos para celebrar la alegría de la Resurrección del Señor
En torno a las diez de la mañana, el Resucitado y María hicieron acto de entrada en la plaza de la Catedral, momento en el que se dio lectura al pregón mientras un hermano de la cofradía retiró a la Virgen el manto negro, su diadema para cambiársela por una corona de Gloria, y el pañuelo para sustituirlo por un cetro.
El pregón concluyó con la expresión «Cristo ha resucitado, ¡felices pascuas!», momento en el que se realizó una suelta de palomas y en el que se interpretó el Himno a la Alegría. Después la procesión siguió por el centro de León con una parada más, frente a la Basílica de San Isidoro, para el canto de La Salve.