Ya son cinco siglos de raseos

No se ponen de acuerdo los expertos sobre el origen de las procesiones de la Semana Santa de León. La falta de documentación más concreta impide tener una referencia exacta. Pero sí se tiene constancia de un dato irrefutable: el Jueves Santo de 1521 ya hubo una «procesión de disciplinantes», de la que da cuenta Eloy Díaz-Jiménez en 1926, durante un pasaje de Historia de los Comuneros en León . Explica la obra que aquel día hubo constancia histórica de una disputa entre dos canónigos del Cabildo de la Catedral, uno comunero afín a los Quiñones y otro realista cercano a los Guzmanes «que se produjo al mismo tiempo que la procesión de disciplinantes iniciaba el recorrido por las naves catedralicias».

Las procesiones de Semana Santa surgieron en el ámbito de la orden de San Francisco. Lo refleja un reciente estudio de Eduardo Álvarez Aller publicado en la revista oficial de la Semana Santa Pregón . Menciona un trabajo de Gonzalo Márquez según el cual la cofradía de la Vera Cruz ya data como mínimo de 1513 según se conoce por la regla que rige su funcionamiento.

Aquellas primeras procesiones, como las de ahora, se iniciaban con una cruz o un crucifijo que portaba una persona. Los grandes conjuntos procesionales no aparecen hasta el siglo XVII. Hasta entonces, las desfiles incluyen pequeños crucificados además de insignias y también imágenes de pequeños tamaños y esbozos de grupos escultóricos.

Ese primer cortejo procesional del que se tuvo referencia entraba en la Catedral, pero no se conoce si este rito continuaría a través del tiempo una vez concluida la restauración de la Catedral en 1902. Sí se sabe que las cofradías solicitaban al Cabildo que sus procesiones discurrieran por el templo «según costumbre inmemorial», pero tampoco hay más referencias.

Cinco siglos después, León no puede celebrar la efeméride con la costumbre habitual: Jueves Santo es el día que más procesiones se programan habitualmente. Otro año será.