Se va Tori pero se queda el corazón
Tori se partió el alma por Angustias y el corazón por la Semana Santa. Y de grande que lo tenía, acabó por romperlo cuando más le entraban los nervios, cuando el grupo de montadores de Angustias se aprestaba a realizar ese trabajo callado que prácticamente nadie ve y que luego todo el mundo mira.
A Victoriano lo admiraban en su casa. A Tori, lo querían en todo León. Devoto expreso de la Virgen de la Soledad, a la que dedicaba horas y cuitas para colocar debidamente las velas antes de las procesiones, deja también huérfano al paso del Prendimiento del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y a la Agrupación Musical de Angustias, con dos retoños que heredaron lo mejor de sus sones y de sus genes. Fue también un destacado miembro del grupo de montaje que realzó la capilla de la Cofradía de Ánimas y el Santo Cristo de Fuera de San Martín.
Eligió la antesala de la Semana Santa para caminar a la vera del padre. La versión moderna del amor por La Pasión tiene el León, su particular Love Story. ¿Lo ves, Tori? Tantas horas dedicadas al cielo desde la tierra te han hecho un hueco en la eternidad desde hace solo un rato, que es un mundo el tiempo que ha pasado desde que te has ido. Pero es sólo un suspiro.
Se va Tori, se queda su corazón. Sus restos mortales recibirán sepultura mañana, en un funeral de luto y otro en Santa Nonia a las 11.30 horas. Descansa en paz, montador. Es orden de la generala. Tu Virgen.