Con la música a todas partes
Del raseo, los golpes de horqueta y las carracas al repertorio de las bandas y agrupaciones de hpy, los sonidos mecen el avance de los pasos
Banda de música de Semana Santa.
La música cofrade ha ido ganando peso en la Semana Santa leonesa en las últimas décadas. De hecho, está presente en los eventos locales prácticamente durante todo el año. Los conciertos celebrados ayer son sólo un ejemplo de cómo la Pasión calienta motores con la expresión de bandas y agrupaciones musicales. Tienen un repertorio cada vez más amplio y más elaborado. Y un protagonismo indiscutible en las procesiones. Por el virtuosismo de sus intérpretes, y por cómo marcan el ritmo al que se mecen los pasos.
Un virtuosismo que tiene detrás el esfuerzo de muchos meses de ensayo. Las bandas se reparten por calles y plazas de las ciudades durante prácticamente todo el año, y hacen que la música cofrade esté en el aire cada tarde, incansable, a la espera de que llegue el momento de acompañar los cortejos procesionales, o hacer gala de su repertorio en los muchos actos que durante estas semanas se organizan para disfrutar de su maestría.
En el origen de esta música que acompaña a las procesiones están las bandas de cornetas y tambores, y esas marchas más sencillas que muestran la solemnidad del momento, y marcan también el vaivén de las imaginería engalanada para recordar día a día los momentos de la Pasión de Cristo.
Fueron incorporándose después más instrumentos, formando composiciones más elaboradas, sobre todo a partir de mediados del siglo XX.
Los historiadores de la Semana Santa leonesa datan en 1824 la primera noticia sobre la participación de una banda de música en una procesión en la ciudad. Fue la banca del Batallón de Voluntarios Realista la que acompañó a la procesión del Santo Entierro.
Durante décadas la música en las procesiones estuvo a cargo fundamentalmente de organizaciones militares, y en sus marchas está el origen de las primeras melodías. Fue la cofradía de Jesús Divino Obrero la primera que se decidió a crear su propia banda, a finales de los años 50 del pasado siglo.
Hoy la puesta en escena de las procesiones no se entendería sin este elemento.
Que a partir de los años 90 dio también un giro, con un cambio de concepto al abrirse las partituras a las influencias de otras semanas santas. Se multiplicaron las marchas y sus estilos. De hecho hoy no sólo se han multiplicado los conciertos, sino las grabaciones y los intercambios con otras provincias. Un tesoro musical.