La Dolorosa desata la explosión y el caos

Redoblaron las campanas de la Iglesia del Mercado gozosas cinco minutos más tarde de lo previsto. Fue porque este año, la algarabía a la vera de la parroquia resultó exponencialmente superior a la de otros años. Con mucho. Había ganas. Y estaba él presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. La pasión pudo con el entramado institucional.

La Banda de Música de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno interpretó la Marcha Real y La Dolorosa abrió el repertorio. Y las lágrimas. Del sin Dios inicial al todos con la virgen solo meditaron unos minutos. Pasa siempre en El Mercado

En Escurial sonó ‘La Madrugá’. En El Grano la plaza se abarrotó para ver a la Reina Coronada despertar un fervor inusitado. A esa alturas de la procesión, el presidente Mañueco, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones y el alcalde, José António Diez habían hecho aún más migas. Sonaban los acordes de ‘Pange Lingua’ antes de hacer el alto en la iglesia de Las Carbajalas. Los teléfonos echaban humo y no era por las llamadas. Las cámaras trataban de reflejar la inmensidad de un momento único para la memoria.

A oraciones del obispo la comitiva entró en la Iglesia de Las Carbajalas. Siguió camino de la plaza Mayor. Y se perdió en la noche de las noches. La primera de las muchas de una semana eterna.

Antes se habían vivido los momentos tradicionales de toda la vida. Hubo reparto de estampas en la salida de la iglesia, hubo mujeres acompañando a la virgen gozosas y deseosas de acompañar a la madre del pueblo leonés y no faltó tampoco el caminar de quienes silenciosos se abrieron a la experiencia de la Semana Santa por primera vez en su vida.

Acompañó el tiempo en la primera sesión de la semana, que anuncia malos augurios que tienen visos de convertirse en otra virgen, la de la Amargura pero desde el Lunes Santo en vez del miércoles como es de rigor

El resto de la noche se convirtió en momento de celebraciones y ritos propios de la Semana Santa paralela que se vive cada año en las casas, en los locales de la ciudad y en múltiples escenarios adecuados para la ocasión. Porque hay mucha formas de ponern aroma de incienso a lo que ocurre puertas afuera de la iglesia. Que lo de anoche solo es la primera estación de las muchas que se tienen que recorrer estos días en los que las tradiciones se viven de muy variadas formas y maneras.