Santa Nonia ya es igual que la Selva Negra

La Virgen de las Angustias, una de las dos titulares de la cofradía más antigua de la capital, la Piedad de la Real Cofradía de Minerva y la Santa Vera Cruz Nuestro Padre Jesús Nazareno, titular de la Cofradía del Dulce Nombre se adueñaron de la tarde ayer en Santa Nonia para escenificar la procesión de La Pasión. La que llena de largas hileras negras las calles de la zona centro. La que a pesar del control, encuentra un mayor número de advenedizos , hermanos que lo son por un día y que no pertenecen a la cofradía pero se enfundan túnicas para la ocasión y dan el pego. Es casi imposible controlar eso en una muchedumbre como la de ayer.

Con todo, es también el día más familiar. Y la ocasión de ver en la calle al Nazareno sin Cirineo, eso sí. Pero con la misma magia que envuelve cada uno de los cortejos en los que pone el pie en la calle. Es la figura icónica de León. Y la de ayer fue su primera aparición en la calle. Rezan los hermanos para que no sea la última pero el cielo climatológico no responde a las mismas plegarias que el que habita el Señor.

Hubo puntualidad absoluta para la aparición en la calle de la Virgen de los Angustias, a los acordes de la marcha real. Para cuando la Agrupación Musical hizo sonar Padrenuestro ya iban dos marchas y aún el grueso de la comitiva estaba arrancando.

Un cuarto de hora después se escuchó dentro de la capilla el himno del Dulce Nombre. No fue hasta 24 minutos después de iniciada la procesión cuando salió la cruz de guía del Nazareno. Lo hicieron después las banderas con ‘Orando al cielo’.

SALIÓ EL NAZARENO

Manolas, monaguillos.. y 43 minutos después de empezar la procesión, por fin el Nazareno salió a la puerta de Santa Nonia. Se hizo silencio total. La figura del Nazareno llenó la calle y León. Lo escoltó en el cuerpo la Guardia Civil y en el oído la Banda de Cornetas y Tambores de JHS.

Para ver la aparición en la calle de Minerva y la Piedad hubo que esperar más de una hora. Y para la recogida de la procesión, ya estaba superada la hora de cierre de esta edición, que decían los clásicos. El frío de la noche ya se iba a apoderando el viejo reino y la posición estática amenazada con el regreso de los sabañones. La semana ya se acerca a su ecuador.

No parece que haya intención de replantear el cortejo mas largo y probablemente más monótono de la Semana Santa leonesa, aunque a la vez se trata de uno de los más concurridos, circunstancia que invita a no hacer demasiados experimentos tampoco., Problema de mal encaje el de dar un poco de agilidad a la comitiva toda vez que las circunstancias mandan. Es además la procesión en la que se estrenan cada vez más jóvenes y esa circunstancia es un aditamento a favor de dejar las cosas como están, pero con un poco más de garbo. Hay fórmulas.