La procesión reunió a 800 cofrades de las siete hermandades astorganas

La Junta Profomento de la Semana Santa de Astorga convocó ayer a las siete cofradías que la componen en una vistosa procesión del via crucis, en la que participaron siete pasos y unos ochocientos cofrades, y que fue contemplada por miles de personas a lo largo de su recorrido. La ciudad se fue llenando de acordes semanasanteros, de cofrades, tallas y olor a incienso, con la salida de sus respectivos cabildos de las cofradías de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestro Padre Jesús Nazareno, que fueron las más madrugadoras. La primera portaba el Cristo del Amor y del Perdón, realizado en madera por el astorgano Enrique Morán en 1995, y que iba custodiado por militares, mientras la segunda llevaba la Farola, elaborada en vidrio emplomado y policromado con motivos pasionales en el taller de Hijos de L. Quintana, en Zaragoza, en 1909. En la procesión participó también la cofradía del Bendito Cristo de los Afligidos, llevando la Cruz del Sudario, obra anónima del siglo XX en madera policromada; la de la Santa Vera Cruz y Confalón, portando el Atado a la Columna de la parroquia de Piedralba, obra realizada, también en madera policromada, por Lucas Gutiérrez en Astorga hacia 1665; o la de las Damas de la Virgen de la Piedad, llevando su imagen titular, una talla de autor desconocido, de comienzos del siglo XVII. Completaron el desfile procesional las hermandades de Caballeros del Silencio, que llevó a mano las catorce Farolas del Vía Crucis, realizadas en vidrio emplomado y metales en el siglo XX, y la Santa Cena, que procesionó el Beso de Judas, talla realizada en madera policromada por José Romero Tena, en Valencia, en 1909, e inspirada en el mismo tema de Salzillo. El cortejo vivió uno de sus momentos centrales con la fusión de todas las hermandades en la plaza Mayor, a la que se dirigieron desde diferentes puntos de Astorga. La escena, que fue contemplada por cientos de fieles, pretendió escenificar la unión entre todas las cofradías de la ciudad, que la Junta Profomento de la Semana Santa desea potenciar. El desfile, en el que no faltaron las bandas de cornetas y tambores que pusieron el tono desgarrado al recorrido, ni los cofrades en hileras, contó también con la presencia de representantes de las cofradías de San Cristóbal, Santo Tirso y Jesús Atado a la Columna, de Piedralba y de la Santa Cruz y Nuestro Padre Jesús Nazareno, de San Justo de la Vega. Una vez en la catedral, el canónigo Emilio Fernández Alonso dirigió el vía crucis, en el que participaron las cofradías. A su término, todos los cofrades regresaron a sus respectivos cabildos.