JUAN JOSÉ LUCAS PRESIDENTE DEL SENADO
«Cuando deje la política, estaré en León como un cofrade anónimo más»
Juan José Lucas, el hombre que dirigió los destinos políticos de Castilla y León durante la última década, contempla hoy la comunidad autónoma desde Madrid, donde preside el Senado desde que dejó la cartera
-Ha pasado por la política local, la autonómica, la nacional y ahora la parlamentaria, ¿con cuál se queda? -Es difícil jerarquizar políticas, pero la que más intensamente he vivido, sin duda ha sido la autonómica. Creo que no existe una política importante que es la nacional, y una política local menos importante, sino que, al contrario, la política local es muchas veces mucho más importante. -Da la impresión de que de los cargos que ha ostentado, la presidencia de la Junta es la que estaba rodeada de más oropeles; ¿los hecha de menos? -Es una administración inmediata, cercana, difícil, pero si fuera por el oropel, desde luego, para mí tiene poco interés. Lo que tiene interés es que es una administración con recursos para solucionar problemas, para hacer residencias, para arreglar la Catedral de León o para poder intervenir en que Las Médulas sean declaradas Patrimonio de la Humanidad, pero las 2.500 iglesias que he arreglado en Castilla y León en estos años me enriquecen muchísimo más que cualquier pedestal o cualquier oropel. -Llevamos veinte años oyendo que el Senado debe ser una cámara de representación territorial real, ¿se va a conseguir? -Yo espero que los grupos territoriales, que son los protagonistas, porque el presidente no puede hacer nada, encuentren la forma de revitalizar la vida política del Senado y de lograr que sea la cámara de encuentro, de representación territorial, y que las iniciativas que haya en el debate de la comisión de comunidades autónomas, de los presidentes autonómicos, de los constitucionalistas, de los que se dedican al derecho público, estaría bien que tomaran unas iniciativas que convirtieran al Senado en una cámara mucho más territorial; pero yo quiero decir que hoy el Senado es una cámara en la que se trabaja con tanta o con más pasión que en el Congreso. -¿Conoce bien la Semana Santa leonesa? -Hace muchos años que la conozco, cuando asistí a la procesión del Encuentro, y tengo que decir que es uno de los actos más bellos de todas las semanas santas de España. Hoy gracias a muchos leoneses es mucho más conocida que antes, más con la declaración de interés turístico internacional. Un año tuvimos la fortuna de que la retransmitieran por Televisión Española, y eso fue importante, porque hoy en día el buen paño ya no se vende en el arca, sino que hay que enseñarlo fuera. -Ahora que no nos escucha nadie, ¿cree que es comparable a semanas santas como las de Zamora o Valladolid? -Lo que digo sin duda es que la Semana Santa de León es una de las más importantes de España, y si hoy es conocida, lo es en gran parte porque se vive muy intensamente no sólo por las cofradías, sino por toda la ciudadanía. Hay otras semanas santas en nuestra comunidad que son muy conocidas, pero donde los ciudadanos asisten como meros espectadores, mientras que los leoneses sienten la religiosidad, la tradición, el orgullo de su Semana Santa y participan activamente en ella. -Ahora que le van a dar el «papón de plata», estará un poco obligado a tirar de la Semana Santa de León... -Para eso no hace falta que me den nada. Yo estaré en la Semana Santa de León también cuando esté fuera de la política, estaré en silencio y, si es posible, como un cofrade anónimo más, con un capillo en la cabeza.