Hasta el domingo

Las personas que estaban en la plaza de Regla viendo la llegada de la procesión de la Despedida, por parte de la cofradía delSantoCristo del Gran Poder, se quedaron sorprendidas de lo que estaba pasando. Todo parecía estar coordinado, y no sólo la procesión, sino lo que ocurría a su alrededor. En primer lugar, con la entrada de los primeros cofrades llevando a los Apóstoles se encendió el alumbrado público de la plaza. Pero ahí no quedó la cosa. La llegada del Cristo del Gran Poder se hizo en el preciso momento en que los focos que apuntan hacia la catedral leonesa iluminaban todo el esplendor de esta joya gótica. «Si lo planea el alcalde, no sale tan bien», exclamó un espectador, que provocó la sonrisa general del respetable. A continuación, las mismas personas dejaron las sonrisas para escuchar emocionadas a la megafonía, cuando Jesús explica a su madre las razones de su decisión, la contestación de su madre y el canto de la Salve. En cuanto a la procesión, comenzó con puntualidad, a las ocho y media de la tarde. Los primeros hermanos de esta joven cofradía -nacida en 1994- cruzaron el portalón del convento de las Trinitarias. Los cofrades respiraron al ver que el tiempo se mantenía estable. Los nubarrones y la amenaza de lluvia habían desaparecido y el negro horizonte de poner plásticos en las figuras se diluía. El primero en salir fue el paso de los Apóstoles -talla del siglo XVIII-, llevado por cien braceros. A continuación le siguió el Cristo del Gran Poder llevado por setenta hermanos cofrades y que tuvo algún problema en doblar la esquina de la salida del convento. Después de estos dos pasos, les siguieron los femeninos, tanto por la temática como por las personas que las transportaban, ya que eran todo mujeres. Marta y María y la Virgen del Gran Poder, recibieron numerosos aplausos, algo inusual sino se baila el paso, por parte del público que abarrotaba las calles por donde pasaba la cofradía, una de las más jóvenes y con mayor presencia de chavales en sus filas. Niños en brazos de sus padres, en silletas o de la mano de los papones que llevaban los pasos destacabnan entre la solemnidad, preguntándose con la característica ingenuidad infantil, qué hacía allí. Entre los papones de la Cofradía del Gran Poder destacó la presencia de un nuevo e ilustre miembro: Juan José Lucas, presidente del Senado. El ex presidente de la Junta se mostró en todo momento encantado e ilusionado con participar en la procesión y en la Semana Santa leonesa. Lucas, como todos los cofrades, esperarán con ansia el reencuentro de madre e hijo.Aunque para que se produzca este emotivo encuentro, habrá que esperar hasta el domingo.