Tres pasos y tres caídas

«¿Estáis dispuestos a seguir a Jesús Nazareno?», preguntó uno de los hermanos a las puertas de la iglesia de San Andrés a los papones de Las Tres Caídas. «Sí estamos dispuestos», contestaron los alrededor de 400 miembros de la cofradía ya listos para iniciar el cortejo con su morado atuendo. Tras pedir permiso a la abadesa para sacar el cortejo, ya sólo quedaba el ritual de desear a todos los hermanos buena puja al grito de: «Capillos abajo». Los tambores de la banda de la cofradía y los de Cristo del Gran Poder acompañaron la salida del primero de los tres pasos de la procesión: Atributos de la Pasión. Tonos naranjas y blancos en las flores de este trono que, como los otros, estrena esta Semana Santa parrilla de aluminio en sustitución de la de hierro. Lavanda y blancos para el Nazareno en su paso. Tras él, las penitentes con farolillos azules y ofrendas con pan y vino. La banda de la cofradía siguió sus pasos con sones de tambor y corneta. La Dolorosa cerró el cortejo. Para ella flores amarillas y tones ocre, que acariciaban su manto con la suave brisa de un atardecer con agradable temperatura. Su manto negro destacaba el emblema de Las Tres Caídas: con cruz de brazos desiguales y los tres clavos en un círculo. Escoltaron su salida los músicos del Gran Poder, las autoridades del municipio -con el alcalde Miguel Martínez a la cabeza- y representantes de otras cofradías de la ciudad. Por delante, prácticamente tres horas de procesión y tres momentos cumbre: la representación simbólica de las tres caídas de Cristo de la mano de los braceros del Nazareno. Al finalizar la procesión, un momento de fraternidad para compartir todos -hermanos, penitentes, fieles y seguidores- escabeche, pastas y mistela. El siguiente acto de la Semana Santa de las Tres Caídas será el Miércoles Santo, cuando a las 22.00 horas parta el Vía Crucis de la iglesia del pueblo.