Sol para las palmas y agua para la Esperanza en La Bañeza
La Bañeza camina a son de marcha desde el viernes y ayer fueron muchos los que se dieron cita para ver la procesión de Ramos, de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La bendición se impartió en la plaza Mayor, en el atrio de Santa María, desde donde la comitiva partió hacia la iglesia de San Salvaldor, con el tradicional paso de Cristo sobre el borrico, portado por sesenta braceros, mujeres en su mayoría, y todos con la cara descubierta. La segunda parte del Domingo de Ramos corrió a cargo de la Cofradía de la Vera Cruz y la tercera edición de la procesión de la Virgen de la Esperanza, que ayer estrenó nuevo vestido, manto y trono, aunque las tallas de éste aún no se han terminado. En concreto, de las diez que debería mostrar sólo estuvieron listas dos para el desfile de ayer -que representan el escudo de la hermandad y la Piedad-. Las donaciones y la lluvia Realizado en madera y nogal, la estructura del trono la fabricado los propios miembros de la sociedad penitencial, que también han sufragado los nuevos atuendos de la Virgen, así como los relieves en madera que lo adornarán, obra del artista bañezano Fernández Ruano. El desfile de la Esperanza, que salió pese a la lluvia, aunque hubo de acortar su recorrido, contó con la participación de cerca de medio centenar de hermanos, frente a los 351 cofrades con los que cuenta la cofradía bañezana, recuperada hace varios años, después de haber permanecido cerca de medio siglo sin actividad.