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Cortejo mariano de la mano de Angustias y Soledad

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León

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La procesión Dolor de Nuestra Madre está organizada por la cofradía de Angustias y Soledad, fundada en el siglo XVI con el fin de venerar los Dolores de María, cuyo origen se remonta a la fundación de la Congregación de los Siervos de María, los Servitas desde 1232. Posteriormente se refrendó con el establecimiento de la conmemoración dedicada a la Santísima Virgen, Nuestra Señora de la Piedad y de las Angustias, realizado en el Concilio de Colonia en 1423. A raíz de la Concordia con la Vera Cruz estos alicientes se perdieron, centrando todo su esfuerzo en la organización del Santo Entierro los años pares. Al incorporarse las mujeres en 1992 se decidió instaurar un cortejo de corte mariano, dando origen a la procesión del Dolor de Nuestra Madre, creada en 1993. El séquito está configurado por tres pasos. El primero de ellos, la Virgen de las Angustias, cuya tipología responde a una Piedad, es uno de los más representativos de los desfiles leoneses y una de las mejores tallas de imaginería procesional. Presuntamente la autoría corresponde a Juan de Juni o alguno de sus seguidores como Juan de Angers o Guillermo Donzel. Obra renacentista donde perviven los sentimientos del dolor y la exquisitez del gusto artístico. Fue restaurada en 1996 por el Instituto de Conservación de Bienes Culturales de la Facultad de Bellas Artes de Madrid. El trono fue realizado por Víctor de los Ríos en 1947 con unas fastuosas águilas que confieren al paso una gran fuerza expresiva. Los braceros pertenecientes a éste paso procesionan de una manera peculiar con una cadencia en los movimientos y elegancia en la puja confiriéndole la categoría de modelo a la hora de servir de ejemplo y guía para los nuevos pasos. La imagen de la Soledad procesiona en el cortejo «Dolor de Nuestra Madre» con la particularidad de hacerlo sin palio. Obra anónima del siglo XIX. Desfila con un trono de plata realizado en 1994 por el taller sevillano Marín Díaz al igual que la peana y la candelería. El último paso que integra la procesión es la denominada Virgen de las Lagrimas, ejecutada por Manuel Gutiérrez en 1952, labrada en primera instancia para sustituir a la Soledad, tras varios años de abandono se decide recuperar su prestigio mediante la incorporación a los desfiles en 1993 con la nueva advocación ya referida.